12 fotos
El otro lado de la guerra En 2015, Diego Fernández, trabajador humanitario del PMA, compartirá cada día un tuit con una de las miles de imágenes que ha tomado en 10 años recorriendo el mundo. Cada mes, escribirá para Planeta Futuro, los recuerdos de las mejores de esas fotos 2010, distribución de galletas energéticas en un colegio en el norte de Afganistán. Me llamó la atención que en lugar de abrir los paquetes, los niños se los metían inmediatamente en el bolsillo. Luego me contaron que lo hacían para compartir las galletas con sus hermanos. Una muestra más del carácter de los afganos cuya hospitalidad tuve ocasión de disfrutar en cada viaje al terreno. 2011, Mazar e Sharif, norte de Afganistán. Distribución de cupones a poblaciones vulnerables para la compra de alimentos. Para la preparación de este proyecto una de las primeras cosas que hubo que decidir a qué grupos de población se dirigiría la ayuda. El diagnóstico fue que a huérfanos, viudas y mutilados de guerra. Una triste representación de la realidad que ha vivido Afganistán durante décadas. En la foto, mi querido amigo y compañero haciendo la primera entrega. Tiempo después me dijo que esta es una de sus fotos preferidas. 2011, compra de producción local de alimentos en Mazar e Sharif, al norte de Afganistán. Las compras locales de alimentos del PMA no solo favorecen la economía local, también contribuyen a adaptar las distribuciones de comida a los gustos de la población. En este caso se trataba de compras de trigo en el silo de Mazar. La polvareda que levantaba el cereal al descargarlo hacía difícil obtener fotos con algo de nitidez. Pero todavía recuerdo el delicioso olor de las panaderías por la mañana temprano… 2008, evaluación del estado nutricional en Timor occidental, Indonesia. Estos estudios se usan para determinar las características de la ayuda alimentaria necesaria en cada caso. El trabajo de campo es siempre intenso debido a la necesidad de obtener resultados representativos y de hacerse con la confianza de la población. Esto conlleva tiempo y muchas dosis de paciencia. A pesar de la apariencia inofensiva de la báscula o de los instrumentos para registrar la altura de los niños, muchos se asustan y rompen a llorar en cuanto ven a alguien acercarse con ellos. Es difícil resistirse a fotografiarlos. En este caso, la curiosidad por la cámara pareció calmar al niño. 2011, preparación de envíos de alimentos en el norte de Afganistán. En aquel país, como en otros con lugares de difícil acceso durante las épocas de lluvia o nieve, se hacen envíos estratégicos de alimentos antes de que los rigores del invierno impidan la llegada de los camiones. Los trabajadores del almacén parecían no comprender muy bien qué hacía metiéndome dentro del uno, pero las siluetas merecieron la pena el trance… 2012, campo de refugiados de Kakuma, norte de Kenia. Nunca deja de sorprenderme el modo en el que la necesidad agudiza la imaginación. Los receptores de la ayuda alimentaria suelen utilizar los sacos, botellas y latas en las que se distribuyen los alimentos para confeccionar diversidad de artículos de uso diario: juguetes, hornillos, herramientas, cubiertas para los tejados de las casas o, como en este caso, las paredes de una tienda. En Kakuma, como otros campos de refugiados, a lo largo de los años se ha ido desarrollando una vibrante economía interna con negocios de todo tipo: tiendas de ropa, productos electrónicos, talleres de reparación de bicicletas e incluso hoteles. 2005, un medio de transporte habitual en Darfur. Miles de personas que trabajan en el sector humanitario dependen de los servicios aéreos gestionados por el PMA. La inseguridad y las elevadas distancias (Darfur tiene el tamaño de Francia) hacen de los helicópteros un medio de transporte común, y bastante ruidoso, en este tipo de lugares. En la foto, el helicóptero llegando a Kabkabiya, Darfur norte, mi lugar de residencia durante un año y medio. Llamaba la atención ver a los mecánicos encaramarse al techo de los helicópteros y abrir el motor para hacer pequeños arreglos; una escena parecida a la de los coches con el capó abierto en cualquier calle, pero sin conversaciones sobre la solución más apropiada... 2005, distribución de harina fortificada de maíz y soja (CSB, en sus siglas en inglés) en Darfur, Sudán. El CSB es uno de los alimentos más nutritivos que se distribuyen en emergencias, pero en ocasiones la distribución de esta harina, cuyo manejo siempre encontraba muy fotogénico, requiere trabajar con las comunidades para enseñarles como cocinarla. En Darfur, los compañeros redactaron un libro de recetas y los que la recibían incluso llegaban a preparar pasteles con ella. 2012, Lago Turkana, Kenia. Estudio de mercado para la selección de modalidades de distribución de alimentos a la población vulnerable. En cualquier tipo de evaluación es fundamental comprender la situación de las poblaciones más vulnerables y remotas, lo que suele requerir viajar a lugares lejanos y de difícil acceso. En la foto, los compañeros celebrando la llegada al lago Turkana después de atravesar el desierto de Chalbi en el norte de Kenia. El lago es tan grande que me tuve que alejar unos metros para intentar lograr una panorámica... De regreso, nos contaron que no son raros los casos de conductores que se pierden durante días en el desierto de Chalbi. Esto no parece suponer un problema para los pastores de la zona que siempre se las arreglan para encontrar su camino sin necesidad de GPS… 2012, donaciones españolas de aceite fortificado en el campo de refugiados de Dadaab en Kenia. Con casi medio millón de refugiados, Dadaab es uno de los mayores campos de refugiados del mundo. El volumen de alimentos necesario y el estado de las carreteras constituyen un verdadero desafío logístico, especialmente durante las épocas de lluvias. Esta foto de aparente quietud esconde una cadena de intenso trabajo, todavía a medio completar hasta que los alimentos lleguen a las familias que más los necesitan. No es frecuente encontrar un almacén sin trasiego, aunque la imagen sugiera lo contrario. 2011, análisis de las necesidades alimentarias en Kenia. Desafortunadamente, en cada vez más ocasiones, los riesgos de seguridad en alguno de los contextos en los que se desarrolla el trabajo humanitario dificulta el contacto directo con la población vulnerable. En Kenia, la inseguridad es un problema bastante localizado en algunas regiones, por lo que tuve la rara oportunidad de poder comunicarme con la población sin necesidad de intérpretes, lo cual era una delicia. 2011, viaje al terreno para la realización de un estudio de mercado en Kenia. No todos los vehículos todo terreno son iguales y cuando las cosas se ponen difíciles por el barro, la arena o la nieve, se nota la diferencia. El destino de este viaje era un pueblo de difícil acceso en las zonas altas de Kenia durante la estación de lluvias, todo un desafío para la mecánica y para nuestros conductores. Los conductores son una pieza clave en la organización, siempre me sorprende cómo después de conducir durante horas por carreteras imposibles, su primera preocupación al llegar al destino es encontrar alojamiento y una cena caliente para todos.