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Alterconsumismo
Coordinado por Anna Argemí

Ahorro energético: La (buena) información es poder

Por Francisco Zuloaga, Consultor en Energía Sostenible (@frzuloaga)

Uno de los buenos propósitos de la Unión Europea para este 2015 es revisar la etiqueta energética europea. La conocida etiqueta nació hace ya mas de dos décadas con el objetivo de ayudar a los consumidores a elegir los aparatos electrodomésticos con mejor rendimiento energético. La lógica no es otra que ahorrar dinero al consumidor, así como disminuir la energía consumida y sus impactos asociados. Desafortunadamente, esta excelente creación europea no ha sabido adaptarse a unos mercados que evolucionan rápidamente, quedando a día de hoy obsoleta e ineficaz.

Cualquiera que haya comprado un electrodoméstico recientemente sabe efectivamente que elegir un modelo eficiente no es tarea fácil.

Pero es que lo que no se ve es incluso peor que lo que salta a la vista: la etiqueta para frigoríficos (ver ilustración) cubre en principio las categorías A+++ a D. Digo en principio; porque la realidad es que hoy en día ya no existen frigoríficos B, C o D. Por absurdo que parezca, alguien que compre un frigorífico “A” estará adquiriendo el modelo menos eficiente del mercado. Esto ocurrirá con cada vez más aparatos a medida que los mercados evolucionen.

No es de extrañar por tanto que el consumidor, confuso e irritado con las taras de la etiqueta, decida obviarla. Por suerte –aquí empiezan las buenas noticias- elegir un electrodoméstico verdaderamente eficiente no es en realidad complicado. A continuación os dejo algunos consejos prácticos:

-        Infórmate antes de lanzarte. Por ejemplo, ¿cuáles son las lavadoras más eficientes? La página de Topten España expone por cada categoria de electrodomésticos, una lista de los 10 modelos más eficientes disponibles, incluyendo el precio aproximado de compra. Como veréis, “ecológico” no siempre es sinónimo de “más caro”.

-          La cruda realidad es que vuestro establecimiento (ya sea de ladrillo o virtual) no siempre contará con productos eficientes. La aplicación Ecogator os ayuda, con un simple escaneado de la etiqueta energética, a comprobar la eficiencia de cualquier aparato, comparándola a la de otros similares.

-        Personalmente, prefiero fijarme en el consumo que en la eficiencia del aparato en cuestión. La diferencia puede parecer sutil pero el resultado en términos de electricidad y dinero ahorrados puede ser considerable. Por ejemplo, un frigorífico de gran tamaño puede ser energéticamente más eficiente que uno de tamaño medio, pero consumir más que éste. Por eso, os recomiendo fijaros en la cifra de kWh/annum (que indica el consumo energético anual estimado), en lugar de en la letra o el color indicado en la etiqueta (las cuáles se refieren a la eficiencia energética).

Espero que estos consejos os sean útiles en un futuro próximo. Mientras tanto, los apasionados de la eficiencia energética (sí, existimos) seguiremos contribuyendo análisis y opiniones al debate legislativo que se desarrollará en Bruselas este año. Nuestro objetivo es que la nueva etiqueta energética sea lo más clara posible para que 500 millones de europeos puedan de verdad elegir los aparatos que más les convienen. Esto incitará además a fabricantes y distribuidores a diseñar, manufacturar y vender electrodomésticos cada vez más eficientes, creando un “círculo virtuoso”. En un contexto de subidas previstas del precio de la electricidad, nuestro bolsillo lo agradecerá. El planeta, también.

Comentarios

Buena aplicación
Magnífica explicación, no me imaginaba que esta etiqueta (a priori muy visual e intuitiva) escondía tantas cosas. Buen artículo.
Excelente noticia. Hay que trabajar para que la etiqueta de clasificación energética sea lo más clara posible y que todo el mundo la pueda entender.
Sencillo y muy útil. Es fundamental comprar electrodomésticos eficientes. Cuidamos el medio ambiente y ahorramos dinero.
La normativa ErP de diseño ecológico nos introduce en un mundo de ahorro de recursos y de reducción del impacto medioambiental. No sólo controlamos el gasto sino que actuamos para que nuestra actividad doméstica sea cada vez menos onerosa para el medio ambiente. La cultura del etiquetado de eficiencia energética es mucho más que un papelito en un electrodoméstico o en una caldera de condensación es una actitud, un compromiso.

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