Por qué los relojes siempre han tenido tanto que ver con los aviones
Desde sus inicios, la aeronáutica ha estado ligada al mundo de los relojes, un instrumento indispensable para la navegación aérea
17 de diciembre de 1903, a las 0:35 de la mañana. Es la fecha y la hora exactas en que comenzaba una nueva era para el hombre: la era de la aeronáutica. Todo ocurría en la colina de Kill Devil, en la localidad de Kitty Hawk, en Carolina del Norte. Allí, los hermanos Wright veían realizado uno de sus sueños: volar.
Llevaban tiempo investigando sobre cómo podían fabricar una máquina voladora, dotada de motor, con la que el hombre pudiese surcar el cielo, y lo consiguieron. Pilotado por Orville Wright, construido junto a su hermano Wilbur y bautizado como Flyer, la máquina voladora realizó esa mañana cuatro vuelos.
En el primero de ellos se mantuvo en el aire doce segundos, en los que consiguió recorrer una distancia de 36,5 metros. Fue el primer vuelo controlado, propulsado y pilotado de la historia. Los hermanos Wright continuaron desde entonces con sus trabajos, los cuales obtuvieron nuevos resultados y alumbraron otros ingenios voladores, como el Flyer II de 1904 ó el Flyer III de 1905.
Otro pionero de la aviación es el brasileño Alberto Santos Dumont, gran amigo de Louis Cartier: el joyero francés diseñó en 1904 el modelo de pulsera que lleva su nombre, Santos, para que pudiese leer la hora en pleno vuelo. En Brasil está considerado como el padre de la aviación, pasando a la historia por ser el primer hombre en llevar a cabo el primer vuelo-salto, atestiguado oficialmente, de un avión propulsado y tripulado en Europa. El 12 de noviembre de 1906, en el Bois de Boulogne, logró recorrer una distancia de 220 metros en 21,2 segundos con su propio aeroplano, el 14 Bis.
Otra fecha importante en la era aeronáutica es el 25 de julio de 1909, día en el que el francés Louis Blériot se convirtió en el primer hombre en cruzar el Canal de La Mancha en aeroplano. Blériot sería posteriormente el nombre de algunos aviones, cosa que también ocurriría con el nombre Breguet.
Louis Breguet fue uno de los principales innovadores de la aviación francesa, desarrollando entre otros, el biplano Breguet I en 1909. El 23 de marzo de 1911 hacía historia transportando a once personas sobre una distancia de cinco kilómetros a los mandos de un voluminoso monoplano en parasol de diseño propio.
Años más tarde, durante la Primera Guerra Mundial, se crean por vez primera las fuerzas aéreas en ambos bandos, lo que supone el comienzo de la aviación militar. Durante estos años comienzan a popularizarse el reloj de pulsera entre los soldados y los pilotos, que resulta ser más práctico que el reloj de bolsillo, tanto en tierra como en el aire.
Otra figura importante del mundo de la aviación (y asociada directamente a la relojería), es el capitán Charles Lindbergh, quien a los mandos del Spirit of St. Louis lleva a cabo la primera travesía del Atlántico Norte, en solitario y sin escalas. Realizó su hazaña los días 20 y 21 de mayo de 1297 y cubrió la distancia de 5.780 kilómetros que une Long Island (NY) con Le Bourget (París).
Años más tarde, en 1939, daba comienzo la Segunda Guerra Mundial. Ya en estos años era más común el reloj de pulsera y, en concreto para los pilotos civiles y militares, se trataba de un elemento completamente indispensable para realizar con eficacia su labor.
Con el paso de los años, el hombre ha ido consiguiendo otros logros aéreos, incluso otro hecho de gran relevancia histórica que no habría sido posible sin la ayuda de la aeronáutica: la llegada a la luna el 21 de julio de 1969.
Hijos de la aviación
Los relojes han estado presentes en el nacimiento de la aviación. Desde que acompañaron a los hermanos Wright aquella mañana de 1903 se han convertido en un instrumento indispensable para realizar cálculos y mediciones en la navegación aérea. Muchas firmas de relojería han fabricado piezas específicas destinadas a los pilotos o relacionadas directamente con la aviación. Son muchas y eso hace imposible plasmar todas ellas en este espacio, pero citaremos algunas:
Lange & Söhne: la casa de Glashütte realizó piezas de gran calidad para la aviación, siendo uno de los proveedores de Lutwaffe alemana durante la Segunda Guerra Mundial. Utilizó calibres de bolsillo (Lange 48/1, por ejemplo), para adaptarlos a relojes de pulsera con 55 milímetros de diámetro. Aunque enormes, la legibilidad, además de la precisión, era indispensable en las alturas.
Bell & Ross: desde su nacimiento, sus relojes han estado inspirados en la aviación, de la que se ha inspirado para realizar piezas de gran visibilidad, sencillas, precisas, funcionales y fiables.
Breguet: Louis Breguet fue uno de los fundadores de Air France en 1933. Su modelo Type XX fue creado en los 50 especialmente para la aviación francesa.
Breitling: siempre relacionada con la aviación, son famosos sus relojes con regla de cálculo. Posee ediciones limitadas que homenajean hitos de la aeronáutica (como a los Wright), líneas con nombres como Navitimer, Airbourne o Cosmonaute, diversas patrullas aéreas como los Fighters, Eagles o los Wingwalkers, y hasta un avión, Superconstellation.
IWC: una de las grandes pioneras en este campo desde su Mark IX. Posee una colección completa de relojes de aviación y también sirvió a la Lutwaffe. Gran Aviador, Spitfire... Jaeger-LeCoultre: fue proveedor de la aviación francesa por la precisión de sus contadores de vuelo. Destaca su Chronofight.
Longines: su colección Avigation, que proviene de la unión de las palabras aviation y navigation, designa un término de navegación aérea que a principio de los años 20 creó el militar americano Philip Weems (Longines Weems Second-Setting Watch). También crearon, junto a Charles Lindbergh, el reloj que lleva su nombre y con el que realizó su hazaña del Atlántico Norte.
Omega: hizo piezas para la R.A.F. en 1914. Y qué decir de su Speedmaster y la Luna...
Oris: hay que mencionar sus modelos Big Crown, que fueron suministrados a la aviación aliada en la Segunda Guerra Mundial.
Otras firmas a destacar son Alpina, Blancpain, Chronoswiss, Ebel, Fortis, Hamilton, Hanhart, Glashütte, Glycine, Laco, Revue Thommen, Stowa, Tutima, Wempe o Zenith, pero como anunciamos al principio, no habría suficiente espacio ni en todo el número.
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