El rescate de un diseñador palaciego
Louis Vuitton recupera visionarias creaciones del interiorista francés Pierre Paulin
Parece un proyecto de futuro, pero es un rescate del pasado. Su autor, el diseñador francés Pierre Paulin (1927-2009), vivió una vida paradójica: la de los diseñadores de ayer que esperan otra vida en el mañana. Autor de cotizadas sillas en la historia del diseño del siglo XX –Christie’s vendió este año dos de sus butacas Ribbon, que habían pertenecido al arquitecto David Collins, por cerca de 38.000 euros— y diseñador oficial de estancias del Palacio del Elíseo para presidentes como Georges Pompidou en 1971 y François Mitterrand en 1983, Paulin fue un visionario del interior doméstico.
Aunque buena parte de sus asientos —las butacas Mushroom, Tongue u Orange Slice— remiten al desenfado de los iconos pop, algunas de sus propuestas para amueblar viviendas nómadas destinadas a rehacer la vida cotidiana no lograron ver la luz.
Entre esos diseños visionarios, la serie Playing with Shapes –que Paulin ideó para la empresa norteamericana Herman Miller— nunca se produjo. Como sus muebles, los módulos acolchados, mullidos y tapizados proponían construir y destruir la casa según las necesidades de los usuarios, es decir, adelantaban una vida itinerante y cambiante en el interior de una misma vivienda. La propuesta era tan rompedora que, tal vez por ello, la empresa norteamericana Herman Miller –que sí se había lanzado a producir los rompedores diseños de George Nelson y de Charles y Ray Eames— se asustó. Corría el año 1972. Paulin acababa de firmar los apartamentos para Georges Pompidou en el Elíseo. Y el proyecto para revolucionar el espacio doméstico quedó en propuesta. Hasta este otoño.
En la pasada edición de la feria Design Miami, la empresa Louis Vuitton recuperó este diseño como parte de su labor de rescate de obras maestras del diseño francés que no llegaron a nacer. Si el año pasado Vuitton hizo construir la legendaria Casa en la Playa que Charlotte Perriand proyectó pero no logró levantar, este año el rescatado ha sido el sistema Playing with Shapes de Paulin. El diseño de módulos para la creación de espacios interiores languidecía en los archivos del Centro Pompidou de París. Vuitton ha querido reconocer su innovación, la capacidad visionaria de Paulin a la hora de utilizar formas, materiales y propuestas domésticas. ¿La razón? Se trata de un atributo que ellos mismos, como empresa, buscan defender con sus productos, explican. Rescatar las ideas visionarias que tal vez llegaron demasiado pronto puede tener un uso de oportunidad comercial o de legado teórico. Aunque pueda llegar a suponer una nueva vida para el producto (que comercializaría la empresa Paulin, Paulin, Paulin –gestionada por Maia, la mujer del diseñador, y su hijo Benjamin—), recuperar las grandes invenciones que se quedaron en idea supone una apuesta doble por la memoria y por la imaginación, las características que tienden un puente entre las grandes ideas del pasado y los mejores proyectos del futuro.
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