8 visitas desde Ciudad del Cabo que no suelen salir en las guías
Ciudad del Cabo, en Sudáfrica, es una de mis ciudades favoritas de África (diría que casi del mundo). Ya escribí sobre ella en este post cuando visité el país en 2010.
En cualquier guía de papel o página web encontraréis mucha información sobre las típicas cosas que no te puedes perder en Ciudad del Cabo: pasear por el Waterfront, subir a Table Mountain, hacerte una foto en las casas de colores del barrio malayo de Bo-Kaap o visitar Cape Point y el parque nacional de Table Mountain.
Pero en este reciente viaje que acabo de hacer por Sudáfrica descubrí, gracias a Aventura África, un receptivo con el que viajabaespecializado en turismo en español, esas otras cosas que hacer en Ciudad del Cabo y alrededores que no suelen salir en las guías. Estas propuestas os darán una visión mucho más completa de una de las zonas más privilegiadas de todo el continente africano:
1. Comer en The Old Biscuit Mill
La moda de los mercados reinventados en los que puedes comprar artesanías y diseño contemporáneo o probar comidas de diversas procedencias y nacionalidades, también ha llegado a Sudáfrica. El más famoso se llama The Old Biscuit Mill, una antigua fábrica de galletas reacondicionada en el barrio de Woodstock, el 'SoHo' de Cape Town. Multitud de puestos ofrecen desde hamburguesas de avestruz a shushi japonés, pasando por pastelería o productos ecológicos. Es además muy barato: por 8 euros puedes comer, incluyendo una buena cerveza artesanal sudafricana.
2. Unvuelo en parapente
Ciudad del Cabo tiene uno de los emplazamientos más bellos que una ciudad pueda imaginar. Pero esto solo se aprecia bien desde el aire. Varias compañías de parapente ofrecen vuelos en tándem para disfrutar de la ciudad, sus playas y sus bahías a vista de pájaro. No se requiere experiencia alguna y están pensados para todos los públicos. Se suele saltar desde Signal Hill (a 300 metros de altitud). O si las condiciones lo permiten, desde Lion’s Head con aterrizaje en este caso en Camps Bay. Un salto cuesta unos 85€.
3. Un paseo porWalker Bay
Toda la costa que va desde el cabo de Buena Esperanza hasta Eastern Cape está repleta de playazos increíblemente bellos y salvajes. Pero quizá uno de los más sugerentes sea Walker Bay, a las afueras del pueblecito de De Kelder, muy cerca de Gansbaai, a dos horas de Ciudad del Cabo. Tiene 22 kilómetros de dunas, arenales y sotobosque, protegidos como reserva natural. Una verdadera delicia para ir a caminar, hacer surf o recorrerlo en todoterreno.
4. Cenar enThe Round House
Es uno de los restaurantes más trendy y elegantes de Ciudad del Cabo. Está en la elitista playa de Camps Bay y tiene un soberbio jardín donde tomarse primero un aperitivo o una copa de champán con vistas a la península del Cabo y a los 12 Apóstoles. Una cena con vino incluido sale por unos 50€.
Uno de los restaurantes más originales y sorprendentes de Cape Town. Porque más que un mesón al uso es la casa particular del chef, una preciosa mansión con vistas fabulosas en Simon’s Town, en cuyo salón ofrece todos los días un lunch especial de 5 platos solo para 12 comensales (16 como máximo en caso de grupos). Es como estar en casa de un amigo cocinillas, probando lo que prepara en los fogones a la vista de todos, entre bromas, una buena conversación, degustación de vinos y vista a False Bay. The Flagship fue una creación del famoso chef sudafricano Bruce Robertson, fallecido repentinamente el pasado 4 de noviembre. Poco más de un mes después, el 12 de diciembre, su amigo, el también chef Duncan Doherty, lo volvió a abrir como homenaje a Robertson, conservando el mismo espíritu fundacional. Sirven un menú cerrado en torno a los 60 €, con vinos incluidos.
6. Elmuseo del Distrito 6
District Six es una herida abierta en la cara elegante de Ciudad del Cabo. Este barrio multirracial y popular fue demolido en los años 60 durante el régimen del apartheid para convertirlo en una zona exclusiva de blancos, realojando por la fuerza a sus pobladores negros y asiáticos en townships (guetos). La presión internacional evitó que se construyeran viviendas elegantes para blancos y hoy el barrio es un inmenso solar al que han regresado solo unos pocos de los antiguos pobladores. En una de las iglesias que se salvó de la destrucción hay un sencillo pero emotivo museo que recuerda esta tragedia.
El Grootbos Hotel, a las afueras de Gansbaai, es mucho más que un alojamiento de cinco estrellas. Sus propietarios, la familia Lutzeyer, compraron 2.500 hectáreas de terreno con bosque y matorral autóctono del Cabo solo para protegerlo. En el interior de un bosque de milkwood (árboles milenarios de la clase de las magnólidas) construyeron el hotel, con dos zonas separadas de villas independientes con todo tipo de lujos y unas vistas increíbles a la reserva natural de Walker Bay. Practican además un modelo de negocio sostenible que involucra a la población local, genera beneficio a los pequeños comercios y negocios cercanos y provee una formación profesional continua para los trabajadores.
8. Un paseo en avioneta
La compañía African Wings ofrece vuelos de diversa duración sobre la península del Cabo (llegando hasta el cabo de Buena Esperanza), la Ruta Jardín (el tramo de costa más meridional del país, que va desde Mossel Bay hasta Storms River) o la zona de Hermanus y Gansbaai en la época en que llegan las ballenas francas australes (es todo un espectáculo ver docenas de ballenas desde el aire).
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