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La figurinista y Woody Allen

El vestuario de la última película del director neoyorquino, ‘Magia a la luz de la luna’, está firmado por una española: la cada vez más solicitada Sonia Grande

Imágenes del vestuario de Sonia Grande para 'Los otros'.
Imágenes del vestuario de Sonia Grande para 'Los otros'.

En todo el rodaje de Magia a la luz de la luna, Woody no me dijo nada. Todo era ‘sin comentarios’, y eso con Woody significa que está todo bien”, cuenta la diseñadora de vestuario Sonia Grande. Con filmes como Los otros, Hable con ella, o También la lluvia, esta figurinista española es uno de los nombres más solicitados del cine actual. Ganó un Goya por La niña de tus ojos, dio el salto a Hollywood para vestir a Meryl Streep, tuvo que rechazar una propuesta de la HBO por compromisos con otra película, y esta semana estrenó Magia a la luz de la luna, su cuarto título bajo la dirección de Woody Allen tras Vicky Cristina Barcelona, Midnight in Paris y A Roma con amor.

Ambientada en la Costa Azul de los años veinte, Magia a la luz de la luna narra la historia de un mago (Colin Firth) y una médium (Emma Stone). La cinta es un homenaje a la moda vintage: casi la totalidad de las prendas que aparecen en el filme (cerca de 3000 trajes) son piezas de principios de siglo rescatadas de anticuarios, tiendas de alquiler y coleccionistas privados. Lo que no pudo encontrar lo confeccionó ella misma a partir de telas del período. Tuvieron tan poco tiempo de preparación que el vestuario seguía componiéndose durante el rodaje: “Contactábamos con los coleccionistas, con la gente que tenía ropa para vender, y los citábamos en el hotel al final de la jornada de trabajo. Nos traían las maletas con la ropa que tenían y yo iba seleccionando pequeñas piezas”. La marca española Carmina aportó una colección especial de zapatos para la cinta, y las joyas fueron cedidas por Van Cleef & Arpels.

Sonia es la Sherlock Holmes del vestuario”, comenta Anne Seibel, diseñadora de producción de Allen

“Sonia es la Sherlock Holmes del vestuario”, comenta Anne Seibel, diseñadora de producción de Allen. El origen de la túnica que luce Colin Firth en película demuestra el buen ojo de la figurinista: “La encontré entre mantas viejas en un mercado de Londres por casualidad. Estaba totalmente destrozada, pero contraté a un equipo de restauradores en París”, relata.

La clave de su trabajo está en aunar su propia visión con la del director y lograr que el vestuario sea un elemento narrativo más. Con Amenábar, dice, es con quien mejor se entiende. “Sonia es de las colaboradoras a las que más libertad creativa he dado. Dejo que se piense sus propuestas y se guíe por su intuición”, explica Amenábar.

Boceto de Sonia Grande para 'Regression', la última película de Alejandro Amenábar.
Boceto de Sonia Grande para 'Regression', la última película de Alejandro Amenábar.

Los otros es una de las piedras angulares de la filmografía de Grande. Todas las prendas fueron diseñadas por ella. La inspiración provino de la sociedad inglesa en los años cuarenta, a la que añadió sutiles referencias católicas. “Con Alejandro se debe hacer realismo o hiperrealismo”, explica Sonia en relación a Mar Adentro. Grande visitó la casa donde vivió Ramón Sampedro y conoció a su familia: “Su cuñada me comentó que a este tipo de enfermos hay que abrigarlos mucho porque su temperatura corporal desciende. De ahí la idea de los jerséis”.

Del naturalismo de Amenábar al colorismo kitsch de Almodóvar. No hay registro que Sonia no domine. Con el director manchego ha filmado Hable con ella y Los abrazos rotos. “Cada plano se estudia visualmente de una forma exhaustiva. Trabajar con Almodóvar es como pintar al óleo. Con Woody Allen se trata de dibujar, de ser más sutil”, cuenta la figurinista.

<NO1>Como diseñadora de vestuario, admira a Milena Canonero, "es la mejor", dice, y su modisto de referencia siempre ha sido Yves Saint Laurent. "El sueño de mi vida sería tener una máquina del tiempo. Imagínate que tienes que hacer una película como Magia a la luz de la luna, y pudieras irte de compras a París en esa época". Añade entre risas: "También me gustaría mucho haber vivido el siglo XVIII, pero como dice Woody Allen, ¿qué haces en el siglo XVIII si no tienes aire acondicionado o antibióticos?".

 

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