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La inagotable fascinación por Marilyn Monroe

Salen a subasta en Beverly Hills más de 200 objetos privados de la actriz

Pablo Ximénez de Sandoval
Marilyn Monroe en 1962 fotografiada por George Barris.
Marilyn Monroe en 1962 fotografiada por George Barris.CORDON PRESS

Cómo no sentirse intrigado por sus confesiones íntimas, cómo no intentar descifrar su caligrafía, o mirar la evolución de su pose en las decenas de fotos que guardaba de sí misma. La fascinación que sigue provocando Marilyn Monroe medio siglo después de su muerte será puesta a prueba de nuevo el próximo 6 de diciembre en una subasta en Beverly Hills de 200 objetos personales de la actriz. Nunca se habían visto antes, por lo que los responsables de Julien’s, la casa que organiza la puja, la han llamado El archivo perdido.

“No sé qué piensas sobre mí, pero puedo decirte que te quiero sinceramente, en lo más profundo de mi corazón, a pesar de todo”. Son palabras manuscritas de Joe DiMaggio, la estrella del béisbol con la que Marilyn Monroe se casó en 1954. Está escrita el 9 de octubre de ese año, después de que el deportista viera por televisión a la actriz anunciando que se iban a divorciar. Es una de las cartas que la protagonista de El príncipe y la corista guardaba en su casa y que saldrán a subasta. En el catálogo hay otras de su siguiente marido, el dramaturgo Arthur Miller, y de colegas de trabajo como Cary Grant, Jane Russell o Marlon Brando. Junto con ellas, decenas de fotos que abarcan toda su carrera, cheques, facturas, un abrigo, un vestido, una radiografía de tórax. Literalmente, lo que salió de los cajones y armarios de su casa.

Marilyn Monroe fue hallada muerta el 5 de agosto de 1962 en su casa de Los Ángeles a la edad de 36 años. Hacía apenas diez de sus primeros papeles como protagonista y para entonces era la mayor estrella de cine del mundo. Se había divorciado de Miller un año antes, no tenía hijos y vivía sola. La causa de la muerte fue una sobredosis de medicamentos que contribuyó a envolver toda su historia en una aura trágica.

Se puede pujar 'online' por una radiografía de tórax o una carta íntima

Tras su muerte, todo lo que contenía la casa fue a parar a manos de Lee Strasberg, legendario profesor de interpretación, director del Actor’s Studio e instructor de Monroe. Strasberg le dio toda esta herencia a un amigo, que lo guardaba desde entonces. Estos objetos salen ahora a la venta por decisión de un miembro de esa familia. “Se dio cuenta de que el mundo sigue fascinado con Marilyn y ha decidido que estos objetos estén en manos de aquellos que los quieran tener”, explica Martin Nolan, director ejecutivo de Julien’s y responsable de la subasta de objetos de famosos.

Nolan destaca que Monroe “nunca llegó a ser una mujer mayor, tenemos la misma imagen de ella que teníamos hace 52 años”. Esa imagen es la de “una mujer bella, suntuosa, que falleció trágicamente”, describe el experto en conversación telefónica desde Nueva York.

Un año antes de morir, Monroe había estrenado Vidas Rebeldes (The Misfits), en la que hacía quizá el personaje de mayor profundidad dramática de su carrera y su última película completa. El guion era de su marido, Arthur Miller, y en el reparto estaban Clark Gable y Montgomery Clift. Sería también la última película de Gable, que murió ese mismo año. La subasta incluye una copia privada que tenía Marilyn de un making of realizado durante el rodaje, en la que se ve la llegada del equipo al desierto de Nevada y escenas detrás de las cámaras. “Lo importante es que estas son las cosas que ella guardaba, las que estaban en su casa”, recalca Nolan.

La posición de Marilyn Monroe como icono global no tiene discusión. “Le preguntas a un niño de nueve años en Santiago de Chile, en Barcelona o en Nueva York y sabe quién es”, afirma Nolan. En opinión de este experto, la inversión en objetos untados de polvo de estrellas es hoy por hoy comparable al mercado del arte. Esta es la tercera gran subasta que se realiza de objetos personales de Marilyn Monroe, después de las de 1999 y 2005. El grueso de esta puja son objetos que no se habían visto, pero también hay algunas piezas que habían estado antes en el mercado. “Los precios eran altos entonces y ahora lo son mucho más”, cuenta Nolan.

El director de Julien’s recuerda que en 1999 una señora compró dos pares de zapatos de la actriz por unos 2.400 euros que pagó a crédito. En 2009 esos mismos zapatos se volvieron a subastar, esta vez por separado. Un par se vendió por más de 10.000 euros y el otro, por casi 13.000. En 2005 se vendió una falda morada de Marilyn por 40.000 euros. En solo siete años, esa misma falda volvió a salir al mercado para ser vendida por 120.000.

El creciente interés de los países asiáticos por este tipo de coleccionismo no hace sino aumentar su valor. El mercado de subastas se ha vuelto global. De hecho, se puede pujar por los objetos de Monroe desde cualquier portátil del mundo. Todo el catálogo se puede consultar on line.

La casa Julien’s planea para diciembre un evento doble con mujeres famosas. El día antes de la venta de Monroe, saldrá a subasta un lote de vestidos de la princesa Diana de Gales.

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Sobre la firma

Pablo Ximénez de Sandoval
Es editorialista de la sección de Opinión. Trabaja en EL PAÍS desde el año 2000 y ha desarrollado su carrera en Nacional e Internacional. En 2014, inauguró la corresponsalía en Los Ángeles, California, que ocupó hasta diciembre de 2020. Es de Madrid y es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense.

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