Indignado con Podemos
Los profesores de Ciencia Política que han fundado Podemos y que lo dirigen han sabido aprovechar sin duda un contexto de crisis que ya no es solo económica (en estos momentos es sobre todo social y moral). Y se han presentado en sociedad. Vienen, sí, a salvarnos. La estética mesiánica de Iglesias acompaña muy bien a esta pretensión redentora. En un artículo en este diario del pasado 17 de octubre citan a Tocqueville, incluso a nuestro Aranguren, al tiempo que hablan de acabar con el “Régimen del 78” (sic) “sin transacciones”.
Me acordaba al leerlo, no solo de lo incompatible que son esas citas enmascaradoras con la vocación de fondo del artículo, sino de Mounier cuando escribía: “Lanzamos ahora una mirada de desprecio sobre la Constitución de Inglaterra, cuando no hace aún un año hablábamos con envidia de la libertad de los ingleses”. Son las cosas de las revoluciones, que hay prisa, y por eso “las formas” a Iglesias le resultan propias de “la casta”, una de esas palabras, por cierto, con un valor performativo tan intenso que hasta el pobre Cayo Lara se ve afectado por ella.
Es probable que Monedero, Iglesias, etcétera, hayan jurado no separarse jamás y quizá lo han hecho en un frontón, jugando a la pelota (mejor, claro, que tomando tortilla). Les escuchas, a Monedero y a Iglesias, y ves que sueñan, embriagados de virtud, pureza y determinación. Nada de transacciones, dicen. Van a extirpar nuestros vicios sempiternos. “A por ellos”, les grita la gente. El sueño es en realidad delirio. Nos van a transformar. Un hombre nuevo, aurora de esta España llena de podredumbre desde 1978, está al llegar. Solo queda un año. Por eso es mejor no ensuciarse las manos con las elecciones locales, peccata minuta. Mi reproche de verdad, el de fondo, a Podemos, al menos a sus líderes, es que siendo así, como son, citen a Tocqueville y no a Robespierre o al Abate Mably. Sí, estoy indignado por esto con Podemos.— José Manuel Rodríguez Uribes. Profesor titular de Filosofía del Derecho. Universidad Carlos III de Madrid.
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