¿Desayunos desechables? No, gracias
Por Esther Alonso, que está realizando un viaje de un año por Asia, Oceanía y América con su pareja y sus dos hijos de 3 y 5 años
Café, gofres, cereales y muchos platos, vasos y cubiertos de plástico y papel. Este el panorama con el que me he encontrado cada mañana, durante un mes y medio, en el 100% de los hoteles y moteles de carretera del estado de California.
Durante las 2 ó 3 horas en las que estos establecimientos ofrecen el desayuno todo funciona como una maquinaria perfecta. Mientras las grandes bolsas de basura desfilan repletas de desperdicios orgánicos, materiales no reciclables y algún que otro elemento susceptible de ser reciclado, las camareras reponen sin parar las montañas de platos y vasos desechables para asegurar que todos podamos disfrutar del desayuno. Nadie parece alarmado por la cantidad de residuos que se generan a su alrededor. Ni los clientes, cuya única preocupación a esta hora del día parece ser tomarse un café bien cargado, ni el hotel que no parece haber adoptado ninguna política de protección medioambiental en este sentido.
Y yo me pregunto, ¿por qué estos hoteles no utilizan platos de porcelana, vasos de cristal y cubiertos de metal? ¿Les resulta más barato usar materiales desechables? ¿Han valorado el impacto medioambiental que conlleva la generación de este tipo de residuos?
Diferentes estudios como los de Nimeca o Green Build Advisor comparan la eficiencia, en términos de consumo energético, de los procesos de producción y consumo de los platos y vasos de desechables frente a los de porcelana y cristal. Y aunque dichos estudios no tienen en consideración los costes económicos asociados a la adquisición, uso y matenimiento de unos u otros, como son los costes laborales del personal de cocina, los costes de adquisición y mantenimiento del lavavajillas, o las facturas del agua, las conclusiones son igualmente válidas y aplican al caso en cuestión.
En términos generales todos ellos coinciden en que siempre y cuando se disponga de un lavavajillas en buen estado, y se le dé un número determinado de usos a la vajilla y cubertería, es más eficiente, en términos energéticos, utilizar platos y vasos de porcelana y cristal que vajillas desechables. Me atrevo a pensar que los hoteles de hoy en día cumplen estos requisitos. Me cuesta creer que a estas alturas todavía laven a mano y que no tengan la rotación suficiente de clientes como para amortizar el uso de platos y vasos. ¿Por qué entonces utilizan materiales desechables?
La respuesta sigue siendo una incógnita para mí sobre todo cuando en páginas como tripadvisor, un directorio de servicios turísticos donde se pueden encontrar críticas y recomendaciones de los usuarios, no faltan quejas de clientes por tener que tomar el desayuno en platos de papel. ¿Cómo responden los hoteles ante estos bajos de niveles de satisfacción los clientes?
Un ejemplo interesante es la cadena norteamericana de hoteles Carlston's Country Inns and Suites, que en el 2011 optó por reemplazar los platos y vasos desechables del desayuno por vajillas reutilizables. Parece que el motivo principal que les llevó a tomar la decisión fue la orientación al cliente, aunque también mencionan ahorros en costes en el largo plazo y el menor impacto medioambiental asociado.
El proceso de toma de decisión para los hoteles se complejiza aún más, cuando a los factores anteriormente mencionados le añadimos un nuevo elemento, las vajillas desechables biodegradables o de material reciclado. ¿Es esta opción un mal menor? ¿Es una vía de escape para aquellos hoteles que quieren continuar utilizando vajillas desechables, lo que les permite promocionar políticas de protección del medio ambiente?
Personalmente me ha costado mucho tirar mi plato, mi vaso y mis cubiertos a la basura cada día después del desayuno. Y retomando la filosofía de las 3R -Reducir, Reciclar, Reusar- he optado por aplicarla con precisión cada vez que he tenido ocasión.
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