También Hollande
Los empresarios franceses parecen haber acogido con muchas esperanzas al nuevo Gobierno francés. Lo que no tengo tan claro es lo que pensarán los miles de votantes socialistas que dieron su confianza a François Hollande en las pasadas elecciones. El mandatario francés, que llegó al Elíseo con promesas de cambio hacia la izquierda, ha traicionado a los votantes e incumplido su programa electoral. Fueron muchos los ciudadanos que vieron en Hollande la esperanza del cambio que necesitaba Francia, pero también Europa ante las políticas austeras y de recortes de Angela Merkel.
Las diferencias de criterio en cómo afrontar la crisis, en un momento en que la segunda economía de Europa está estancada, al igual que otros países de la zona euro que han entrado en recesión, como Alemania e Italia, han obligado a François Hollande a encargar al primer ministro, Manuel Valls, un nuevo Gobierno que acometa las reformas que el país galo necesita para salir de la crisis, y que no son otras que medidas de austeridad y de recortes sociales en la misma línea que se han llevado a cabo en España y de las que Hollande renegó antes de llegar al Elíseo, cuando le disputaba a Nicolas Sarkozy la presidencia de la nación.— Patricio Simó Gisbert.
