Porsches y sexo para el rey de los capos
El jefe de jefes de la Costa Nostra vive en el lujo y a la fuga desde 1993. La policía acaba de detener a su socio. Él sigue su vida de excesos, marcas y mujeres
Cada cierto tiempo, se dice que el cerco de la justicia ha logrado rodear, por fin, a Messina Denaro. Y cada cierto, él, testarudo, logra escapar. Desde su escondrijo observa como otros de sus familiares mafiosos van cayendo. Un ejemplo, su primo (solo en los negocios), Rafaelle Imperiale, líder de la Camorra napolitana, fue detenido la semana pasada en Dubai. Pero Messina Denaro resiste.
Denaro es un fantasma, una sombra. Es hijo de otro mafioso histórico, aprendió a usar un arma siendo adolescente y su rito de iniciación consistió en matar a un rival y a su novia embarazada
Bañeras de oro, animales exóticos y millones de euros de dinero en metálico. Todo escondido bajo tierra, en un búnker oculto o en el sótano de una vivienda. Este es el modus operandi, y vivendi, de la mayoría de capos de la mafia. Condenados a disfrutar de sus riquezas bajo tierra. La mayor parte de ellos son apresados en estas pequeñas mansiones en el subsuelo. La mayoría asume que es el precio que tienen que pagar por tener las manos manchadas de sangre y los bolsillos llenos de euros gracias al control de las drogas que se distribuyen en Europa o por someter al yugo del pizzo (el pellizco) a los atemorizados empresarios locales. Pero, ¿es así como vive el mafioso más buscado desde hace dos décadas? No. Él prefiere pasear en Porsche, con trajes de Versace, relojes Rolex, fulares ostentosos y gafas de sol. Denaro es un capo sin escrúpulos y sin complejos.
De copiloto, siempre una chica guapísima. Al volante, nadie recuerda su rostro. Los vecinos de Trapani, al oeste de Sicilia, no son capaces de describir la faz de este hombre de 52 años, operado en múltiples ocasiones, según la prensa local. Considerado el líder en la sombra de una de las organizaciones criminales más antiguas, peligrosas y sanguinarias del mundo: la Cosa Nostra, la mafia siciliana. Denaro es un fantasma, una sombra, una presencia constante e invisible. Es hijo de otro mafioso histórico, aprendió a usar un arma siendo aún adolescente y su rito de iniciación en la organización criminal consistió en asesinar a un capo rival y a su novia embarazada.
Muchas son las voces que denuncian la connivencia del Estado con este jefe de jefes de la Cosa Nostra. Solo se sabe su edad, que posee los secretos de la mafia y adora el lujo y las mujeres. Se esconde con nombres como Diabolik o Cabeza del agua
Messina Denaro se posiciona cada año entre los criminales en busca y captura más ricos del planeta, según la lista de la revista Forbes. Pero lo cierto es que nadie sabe calcular con precisión a cuánto asciende su fortuna. Ni eso, ni casi nada de lo que rodea su vida, en realidad. Desde hace 21 años es el hombre más buscado de Italia, y cada vez que parece que la policía se aproxima a su paradero, nunca terminan de dar con él. Muchas son las voces que denuncian la connivencia del Estado y de las fuerzas policiales con el capo dei capi (el jefe de los jefes) y muy pocas las certezas sobre su persona. Aparte de su edad, se sabe que posee los secretos de la Cosa Nostra (incluidos los detalles de los asesinatos de Falcone y Borsellino, los famosos jueces antimafia) y adora el lujo y las mujeres. Como todos los líderes de la Mafia tiene varios sobrenombres. Algunos de ellos, Diabolik o Cabeza del agua.
Deseo tanto hacerte un regalo. Te pido por favor que no me lo niegues. He leído que ha salido a la venta el nuevo juego de Donkey Kong, no veo la hora de comprártelo. Eres la cosa más bonita que existe. Matteo Messina Denaro, en una nota a una novia
Acusado de más de 50 homicidios, en una de las escuchas de los carabinieri se puede oir su voz, con tono socarrón y ufano: “Con todos los muertos que tengo a mis espaldas, lleno un cementerio”. Las dos fuentes más fiables para elaborar un perfil de este criminal es el retrato robot que la Policía actualiza cada cierto tiempo, basado en la única foto que existe de él, de los años ochenta, y los pequeños papelitos que sus subordinados distribuyen por toda Sicilia.
Algunas de ellas son misivas amorosas que el capo, en su faceta más romántica, no puede evitar escribir a sus queridas. “Deseo tanto hacerte un regalo. Te pido por favor que no me lo niegues. He leído que ha salido a la venta el nuevo juego de Donkey Kong, no veo la hora de comprártelo. Eres la cosa más bonita que existe”, le escribe a una tal María. En estas notitas, conocidas como pizzini, no solo resume sus pulsiones sexuales sino que también envía mensajes a sus secuaces ( “Nunca me marcharé de Sicilia, tengo un código de honor y debo respetarlo”) y anuncia sus desapariciones: “Me tengo que marchar, no puedo explicarte las razones. En estos momentos hay muchas cosas en mi contra”.
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