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Lapo Elkann contradice su fama de rebelde

El nieto más famosos de Agnelli parece otro. Durante su visita a Barcelona se presenta como un trabajador, un hombre humilde que habla de la necesidad de mejorar las cosas con esfuerzo

Ana Pantaleoni
Lapo Elkann, en el centro,  junto a Giovanni Acconciagioco y Andrea Tessitore.
Lapo Elkann, en el centro, junto a Giovanni Acconciagioco y Andrea Tessitore.GIANLUCA BATTISTA

"Soy muy fácil”, exclama Lapo Elkann Agnelli, nieto de Gianni Agnelli, con una sonrisa. Advertencia para navegantes antes de empezar la entrevista. Prefiere hablar en el exterior, entre pabellones modernistas majestuosos, para que le dé el aire y sobre todo para poder fumar. Uno detrás de otro. El rebelde del clan Agnelli es un tipo con clase, con ganas de demostrar al mundo que lo suyo es trabajar. Elkann (Nueva York, 1977) ha pasado 24 horas por Barcelona para promocionar en la pasarela 080 su marca, Italia Independent. Tras una noche de terrible tormenta, el sol sale en la capital catalana. Elkann llega a las diez en punto al hospital Sant Pau donde presentará su nueva colección de gafas para Scalpers, la marca de Rafael Medina.

Enciende un cigarrillo con su mechero Bic. Vestido con camisa rallada azul marino, impecable pantalón blanco de cintura alta y mocasín sin calcetines, se define como un emprendedor italiano, país donde, dice, paga sus impuestos. En 2005, un coma por sobredosis y muchas jornadas de polémica le llevaron a replantearse las cosas. Y dos años más tarde nacía Italia Independent, su particular imperio de la moda. Moda no exactamente: lo suyo es hablar de estilo. “El europeo, el italiano, tiene un espíritu, una esencia de talento y gusto tan profundo que no tienen otras regiones del mundo”.

El joven de los Agnelli dejó la empresa familiar para volar solo. Y lo hizo en el peor momento, con una crisis financiera que azotaba todos los continentes. Se muestra inconformista: “Como ser humano y profesional, tiendo a no estar contento con lo que hago. Pero ese es mi poder y mi fuerza. Siempre pienso que más y mejor se puede hacer. Por eso hace 14 meses nuestra compañía salió a Bolsa en Milán y vamos a abrir en Nueva York y en el futuro en Tokio”.

Prefiere no hablar de la crisis. “No soy un economista, no tengo la arrogancia de hablar de todo. Algunos emprendedores hablan demasiado. Me gusta hablar de lo que entiendo. He diseñado para Gucci, Ferrari, presentaremos una colección con el equipo de Adidas en septiembre…”.

Si Giorgio Armani le pide al primer ministro italiano Matteo Renzi que cuide su estética, su discurso va por otro lado: “Soy un individuo constructivo. Renzi es una oportunidad para que Italia refresque y limpie muchas cosas. Soy de su misma generación. Él es la oportunidad para hacer más y mejor de lo que se ha hecho en el pasado. Tenemos que mostrar al mundo de lo que somos capaces”.

LUCHANDO POR LA INDEPENDENCIA

“Ser independiente es escribir cada día tu propia historia”. Italia Independent tiene tres caras: la más conocida es la de Lapo Elkann, pero hay otros dos fundadores: su CEO, Andrea Tessitore, y su director general, Giovanni Accongiagioco. Los tres son amigos pero sobre todo socios de una empresa que el año pasado lanzó al mercado más de medio millón de gafas. “Empezamos en una época dura, pero teníamos claro que queríamos traer algo diferente al mercado. Hacemos lujo asequible. Encontramos una nueva manera de competir usando nuevos materiales”, explica Tessitore. Su negocio se centra principalmente en las gafas pero también en otros complementos y en la colaboración con diversas marcas. “Estamos presentes en 72 países. Decidimos hace algo más de un año salir a Bolsa porque era la forma más fácil de mostrar nuestra transparencia”, añade Accongiagioco.

Elkann habla correctamente cuatro idiomas. Estudió en París y Londres. Fue director de la marca Fiat y ha sido votado como uno de los hombres más sexis del mundo en enero de 2010, según consta en su currículum. Lleva con dignidad el hecho de que todo el mundo opine sobre él. “Estuve en el negocio familiar, trabajé como asistente personal de Henry Kissinger… nunca he elegido trabajos fáciles en periodos fáciles. Los proyectos por los que apuesto traen dinero, no pierden. Mi problema son los resultados, no lo que la gente opine. Cualquier cosa que hagas en la vida tiene que tener resultados. Yo trato de que mi consumidor esté feliz. Si la gente quiere juzgarme, que mire los números”. Y levanta la voz para remachar: “No soy un dandi ni un enfant terrible. Soy un luchador”. Por primera vez, introduce la tercera persona para hablar: “Lapo está enamorado de lo que hace. Trabajar para Lapo surge de forma natural. En mi vida profesional nunca he hecho elecciones sencillas; en cambio, personalmente tengo más miedos. Estoy contento con mi vida personal pero siempre se puede mejorar”.

Huye de esa imagen de caos, de rebeldía, de fiesta… con palabras como: “Con coherencia, trabajo duro, humildad, las cosas pueden crecer y mejorar”.

Sus brazos muestran múltiples tatuajes pero no está dispuesto a decantarse por ninguno, sería como elegir entre uno de tus hijos y eso, según Lapo, no resultaría justo. Y llegado ese momento de hablar de su vida privada, en la que públicamente se le ha relacionado con muchas mujeres, el italiano no vacila.

— ¿Quiere tener hijos?

— “Primero necesito encontrar a la mujer adecuada. No la he encontrado todavía. Estoy extremadamente feliz como estoy ahora. No puedo quejarme de mi vida personal, que es satisfactoria, pero no he llegado al punto de casarme y tener hijos. Y ninguna de las mujeres con las que he estado, era la correcta para casarse o tener hijos. Esa mujer llegará”.

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Sobre la firma

Ana Pantaleoni
Redactora jefa de EL PAÍS en Barcelona y responsable de la edición en catalán del diario. Ha escrito sobre salud, gastronomía, moda y tecnología y trabajó durante una década en el suplemento tecnológico Ciberpaís. Licenciada en Humanidades, máster de EL PAÍS, PDD en la escuela de negocios Iese y profesora de periodismo en la Pompeu Fabra.

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