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EL ACENTO
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Entrevistas inventadas

Entre conversaciones ficticias y falsos documentales las patrañas podrían convertirse en un nuevo género

Marcos Balfagón

William Randolph Hearst ha pasado a la historia como gran maestro del periodismo sensacionalista. A caballo entre el siglo XIX y el XX, el magnate estadounidense alentó un estilo basado en noticias distorsionadas y manipuladas. Su vida inspiró la película Ciudadano Kane, de Orson Welles, y a él se le atribuye esta frase —antesala de las hostilidades de EE UU contra España en 1898— dirigida al ilustrador Remington, que quería volver de La Habana porque no había guerra y se aburría: “Tú pon los dibujos, que yo pondré la guerra”.

En el mundo del periodismo hay otro dicho manido —no dejes que la realidad te estropee un buen titular— que a veces conviene recordar. La revista Diez Minutos —editada por Hachette, uno de los grandes grupos mediáticos europeos— publicaba hace pocas semanas una “entrevista imaginaria” a doña Letizia con motivo del décimo aniversario de su boda con el príncipe Felipe.

La cabecera aludida, especializa en la vida de personajes famosos, afirmaba que esta charla ficticia era un “ejercicio de osadía” y explicaba la ruta seguida para dar forma a las (inexistentes) respuestas de la futura reina: “Recreamos con datos contrastados y testimonios fiables la conversación que podría haber tenido con nuestra revista”.

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Siguiendo esta técnica, la semana que viene podrían sorprendernos con una entrevista a Obama o al papa Francisco. Llegando al esperpento, podrían recrear una conversación con Cristóbal Colón o con Alejandro Magno.

Nada impide que se publiquen conversaciones irreales con personajes reales. Pero para estos contenidos, que son invenciones y fabulaciones, están las novelas, las revistas de humor o los programas televisivos al estilo del corrosivo Spitting image británico. Que un medio que se dice informativo —y que por tanto debe regirse por la veracidad de sus noticias— eche mano de estas técnicas es algo que chirría.

Se ve con demasiada frecuencia en los medios una tendencia a la frivolización y banalización. Entre entrevistas inventadas y falsos documentales —como el dedicado al 23-F que emitió La Sexta—, las patrañas podrían convertirse en un nuevo género. Lástima que antiperiodístico.

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