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Migrados
Coordinado por Lola Hierro

Los chinos no tomamos bebidas frías

Foto: (CC) Fiona Shaw & (CC) Stephanie Chapman

Después de siete años como una china que ha estudiado y vivido en España, ahora sí puedo hacer un repaso mental de las preguntas que me han dirigido los españoles durante mi estancia. Inmediatamente me acuerdo de algunas como: "¿Te gusta España y los españoles?, ¿Cómo es que vienes aquí?, ¿Por qué no hay chinos rubios?, ¿Allí todo el mundo sabe Kongfu?, ¿Cuál es el plato más típico de China?, ¿Cómo se escribe mi nombre en chino?"... Esas son las más sencillas de responder, pero también hay otras que van un paso más allá: "¿Sientes las diferencias culturales entre España y China?, ¿Te han chocado alguna vez?". Cada vez que he escuchado preguntas de este tipo, he respondido inmediatamente: "Claro que sí".

Antes de empezar a contar mis experiencias con las diferencias culturales que he notado, debo insistir en que sí que las hay, pero vienen desde las propias culturas. Y culturas no hay ni buenas ni malas, las que hay solo son diversidades. Gracias a ellas el mundo en el que vivimos hoy es tan curioso y divertido.

Escena 1:

En España, cuando pides una coca cola o cualquier refresco en un bar, salvo que le digas al camarero que lo quieres de tiempo, siempre te van a traer uno frío y dos cubitos de hielo en el vaso independientemente de en qué estación estemos. Sin embargo, en China pasa lo contrario. Si no le dices nada al camarero, siempre te va a servir una bebida del tiempo ya estemos en verano o invierno.

Tras los años que he vivido en España, tengo que admitir que para los chinos la capacidad de tomar cosas frías están muy por debajo de la de los españoles. Incluso hay españoles que están acostumbrados a tomar algo frío para desayunar. La primera vez que vi esto me quedé con la boca abierta y me dije: "Este tío debe tener un estómago hecho de hierro; ¿cómo se atreve a beber algo tan frío por la mañana cuando el estómago está todo vacío y está en su punto más débil del día?" En cambio, en China solemos tomar té, leche, leche de soja o sopa para desayunar pero siempre caliente. Incluso queremos caliente el agua o, mejor dicho, templada. Hacemos esto en el desayuno porque pensamos que hay que darle al estómago algo suave para que empiece a funcionar bien.

También en China hay una gran cantidad de personas, sobre todo los mayores, que toman té o agua caliente durante todo el día. A lo mejor, si un español nos viera tomando agua caliente se preguntaría: "¿De qué se han hecho las lenguas de los chinos? Deben llevar algo resistible a las altas temperaturas para que no la queme".

Por tanto, es un inconveniente para los chinos que viajan a Europa no encontrar en el hotel donde se alojan un hervidor electrónico para calentar el agua.

Escena 2:

Recuerdo que, poco tiempo después de llegar a España, unos amigos españoles me dijeron: "Venga Fan, ¡vamos a comer algo esta noche!" Fuimos a un bar, allí pedimos cada uno una cervecita y el camarero nos sirvió unas tapitas para acompañar. Al cabo de un rato lancé una pregunta tontísima: "¿Luego dónde vamos a cenar?" Aún recuerdo las caras que pusieron los amigos al oir esta pregunta. A partir de entonces sé que el concepto típico de "comer algo por la noche" es "picar algo". Esto sí que choca mucho con lo nuestro. En China, cuando alguien te dice "comer algo por la noche", ya tienes preparada en tu mente la típica imagen: una cena en un restaurante con muchos platos. Y el protagonista tiene que ser siempre la comida, no la bebida.

Escena 3:

Me encanta ir de compras al mercado o a la frutería de mi barrio porque, cada vez que voy, me dicen miles de elogios: "¡Hola guapa! ¿Qué tal, reina? ¿Qué te pongo, cariño? ¡Adiós carazón! ¡Adiós cielo!" Siento una felicidad increíble porque en ningún lugar de China me han elogiado de esta manera, ni siquiera ocurre entre familiares. Aunque, ahora, ya sé que es una forma típica de mostrar el carácter acogedor de los españoles y que la palabra “guapa” pierde parte de su significado original (un vendedor me llama “guapa” a mí y también a una abuelita). Me gusta que me traten como una “reina” o un “cielo”. Estoy segurísima de que cuando vuelva a China voy a echar mucho de menos a esta escena, sin duda. En China, a lo mejor, somos más sosos que los españoles y no tenemos esta costumbre de tratar a alguien de una manera tan maravillosa. Hoy en día se va escuchando en China que los vendedores te llaman “guapo/a” cuando atienden a los clientes. Vamos por el buen camino. Bravo.

Fan Cong, estudiante china del doctorado de Ciencias del Lenguaje de la Universitat de Pompeu Fabra, traductora e intérprete de español-chino.

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