Otro cheque en blanco

Una vez más, los ciudadanos estamos convocados a votar a nuestros representantes en el Parlamento Europeo. Seguramente, fruto del descontento general, el domingo 25 la abstención batirá un récord histórico y el voto en blanco será muy significativo.

Por supuesto, tras esa nefasta participación, nuestros políticos en ningún momento harán la lectura de su fracaso ni el menor amago de autocrítica. Todo seguirá el esquema establecido y los ciudadanos habremos depositado en sus manos un cheque en blanco por otros cuatro años para que hagan y deshagan lo que les venga en gana.

PP-PSOE-CiU, no me cabe la menor duda, se felicitarán por sus resultados y se declararán vencedores.

Los ciudadanos, al depositar o no nuestro voto, ya resignados con los recortes y las feroces políticas neoliberales, no nos plantearemos apear a estos farsantes del poder. Por tanto, nuestros merecidos representantes políticos seguirán instalados en la mediocridad, la corrupción y la destrucción de lo poco que nos queda de Estado de bienestar. El ejercicio del poder, una vez más, se habrá convertido en una manera rápida de enriquecerse aliándose con la élite financiera y empresarial.

Mientras tanto, nosotros los ciudadanos, con mucha dosis de resignación, autocomplacencia y pasotismo, veremos este panorama desalentador como algo normal y cotidiano.— Juanjo Sánchez Requena. Barcelona.

PP y PSOE cambiaron las reglas para el voto en el extranjero (voto rogado). Ahora hay que registrarse en persona. Si creen que no es para tanto, estimen lo que supone en tiempo y dinero cruzar medio país un día laborable para ir al consulado. Como resultado, la participación de los ciudadanos en el extranjero será sólo del 4% (71.000 de casi dos millones).

Aún peor, en las elecciones europeas del 25 de mayo los votantes en el extranjero tienen que mandar el voto por correo antes del 21. A 19 de mayo no me ha llegado la documentación necesaria para votar y no creo que yo sea un caso especial, dado que el Ministerio del Interior reconoce haberla enviado a todo el mundo el día 13 de mayo (dudo que por correo urgente). Es decir, 71.000 personas no saben si podrán votar después de un esfuerzo considerable para ello. Casi la misma población que Ciudad Real. Si viviéramos en democracia esto sería un escándalo que como mínimo aparecería en todas las portadas de los diarios. Ni el mínimo comentario en ninguno.

No se extrañen si los exiliados cantamos “lo llaman democracia y no lo es”, pues ni votar nos dejan.— Jesús Martínez García. Baltimore, Maryland, Estados Unidos.