Lidia Valentín levanta pesas... y prejuicios
Desde que alzara sus primeras pesas en la adolescencia, Lidia Valentín, la primera española en proclamarse campeona de Europa de halterofilia, ha trazado sus sueños a contracorriente en un entorno tradicionalmente asociado con la brutalidad y la testosterona. “Puede que sea un deporte más masculino, pero hay chicas que hacen halterofilia y son muy femeninas”, responde esta berciana de 29 años en defensa de una disciplina pasto de estereotipos y desconocida para el gran público. “Antes de ser deportistas somos mujeres. Trabajamos nuestro cuerpo y desarrollamos el físico como cualquiera que practique natación o gimnasia”. Su temprano enamoramiento por el deporte y su absoluta convicción contrastan con los obstáculos culturales que aún combaten las halteras.
Hasta Valentín, consagrada como la mejor levantadora española de la historia con el título cosechado el 10 de abril en Israel — hay que sumar tres platas y tres bronces en los seis europeos previos y un meritorio cuarto puesto en los JJ OO de Londres—, se negó en un primer momento a levantar pesas. Cuando tenía 11 años, el entrenador Isaac Álvarez le ofreció pasarse por su gimnasio y durante varias semanas los prejuicios frenaron su curiosidad. “Me negué porque pensaba que era muy masculino. Mi madre me decía: ‘Ostras Lidia, ¿es que no hay otro deporte?’ Pero me gustó tanto el ambiente que al día siguiente ya estaba en el gimnasio”.
Hubo un momento en el que lo único que levantaba Valentín era el pelo de sus Barbies, pero esa etapa duró poco. “Al principio me gustaban las muñecas, pero pronto me fui a saciar ese afán competitivo con los chicos”.
La berciana era la joya más preciada de su colegio, la promesa a la que todos los entrenadores querían llevarse para su deporte. “Era la que más corría, la que más saltaba… Eso en una chica se ve bastante”. Lejos de sentirse señalada por ser una adolescente que levantaba pesas, Valentín relata cómo se sintió más respetada en las aulas. “Me decían: ‘Cualquiera se mete contigo desde que haces halterofilia’ y yo no me buscaba líos”. Se confiesa pacífica y no recuerda ninguna pelea en sus años de instituto. “Era en el gimnasio cuando me picaba y me volvía medio loca”.
La halterofilia es una modalidad con mayoría de practicantes masculinos, una dinámica que, explica Valentín, se repite en la generalidad de los deportes. “El deporte masculino está muchísimo más desarrollado y que te llamen chico por hacer halterofilia seguramente afecta a muchas mujeres y a sus familias”. Los prejuicios: que por practicarlo la estatura será más baja o que el volumen de musculatura será imposible de disimular. Ella los desmiente de lleno: “No hay un prototipo de cuerpo para una levantadora. Al ver a una chica no puedes saber si hace halterofilia o no”.
Valentín denuncia el sesgo mediático que lleva al primer plano las categorías con más peso y deja en un segundo plano al resto. “En la tele sale el típico supergordo levantando 300 kilos, pero si otro ha levantado antes 150 kilos pesando 56 ya no es tan espectacular”, critica. La deportista, que se impuso en la categoría de 75 kg, ve dos tipos de levantadoras: las occidentales y las del Este. “Las españolas, francesas o italianas son completamente normales, pero cuando ves a una de Europa del Este empiezan las dudas sobre si es hombre o mujer. Las occidentales son más femeninas, las otras son chicas raras”.
Pese al latente dominio de los cánones de belleza, Valentín percibe un aumento en la asistencia de mujeres a los gimnasios. “De nada te sirve tener 90-60-90 si estás flácida. Mis amigas no quieren estar blanditas, quieren estar fuertes, aunque sea solo un poco”. Sin embargo, los prejuicios sobre los efectos secundarios de mejorar la musculatura permanecen. “Mucha gente teme que por ir a un gimnasio van a ponerse como el monitor, que lleva toda la vida levantando pesas”.
El físico es solo una parte de ese deporte que llegó a su vida por accidente para dominar sus sueños, explica la haltera. “Está claro que necesitas un buen físico, pero de ahí a volverte hipertrófico... La clave es el estado mental para concentrarte en el momento de levantar las pesas”. Valentín vive con ilusión su preparación para los JJ OO de Rio 2016 mientras se aleja de polémicas y estereotipos. “Cada uno es libre de pensar lo que quiera. Yo tengo claro que el deporte es lo mejor que hay en la vida”.
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