La UA planta a la UE

Los Ministros de Comercio de la Unión Africana (UA) se reunieron en sesión extraordinaria el pasado 27 de abril, en Addis Abeba, y decidieron boicotear la firma de los Acuerdos de Asociación Económica (AAE) con la Unión Europea (UE) prevista para el próximo primero de octubre.

Según la Comisión Europea, los AAE son acuerdos de comercio y desarrollo entre la UE y los países de África, el Caribe y el Pacífico (ACP) destinados a facilitar la integración de estos en la economía mundial a través de la liberalización comercial gradual y la mejora de la cooperación relacionada con el comercio. Los AAE están adaptados para adecuarse a las circunstancias regionales específicas y fomentar el crecimiento sostenible y la reducción de la pobreza a través del comercio.

Aquí, la pregunta que hay que hacerse es si estos acuerdos son tan bondadosos, como proclama la UE, por qué los rechazan los ministros africanos. La razón que ellos mismos han dado en la reunión de Addis Abeba ha sido que, a largo plazo, los acuerdos de liberalización comercial con la UE tendrían un impacto negativo sobre los esfuerzos que el continente está haciendo para industrializarse y crear empleo.

Esta posición ha estado encabezada por el Ministro de Industria, Comercio e Inversiones de Nigeria, Olusegun Aganga, que defendió que en lugar de firmar el acuerdo los países africanos debería aprovechar sus abundantes recursos naturales y las perspectivas de un gran mercado común para desarrollar un industria propia y así crear más puestos de trabajo.

Esta opinión fue secundada por el Ministro de Comercio e Industria de Zambia, Robert Sichinga, que además añadió que en lugar de poner en peligro la industrialización del continente y la posibilidad de crear puestos de trabajo mediante la firma de los EEA, los países africanos deben trabajar en pro de la mejora de la integración regional y el comercio ente ellos.

Todos los ministros parecen estar de acuerdo en que las economías africanas están creciendo a gran velocidad y por tanto, el continente se ha convertido en un mercado grande y estratégico para cualquier socio comercial. Esto es lo que la UE quiere de África, y justo por eso esta debe proteger celosamente lo que tiene.

Los participantes en la reunión de Addis Abeba tienen claro que África debe aprovechar sus recursos naturales y el gran mercado que representa para desarrollar su propia industria, fomentar el comercio entre los países africanos y favorecer la integración regional. Justo estos tres aspectos son los que no interesan a los socios comerciales extranjeros, como es el caso de la UE.

Los Ministros de Comercio africanos no han hecho otra cosa, como recordó la Comisaria de Comercio e Industria de la UA, Fatima Haram Acil, que dar cuerpo a la recomendación de la 22 Cumbre de la Unión Africana celebrada en enero de 2014 que hizo suyas las recomendaciones del Comité Africano de Alto Nivel sobre Comercio (HATC). La Comisaria recordó que tanto la Cumbre africana como el HATC pusieron de manifiesto que los estados africanos deben tener mucho cuidado para que sus negociaciones multilaterales y bilaterales no restrinjan el espacio político y la flexibilidad necesaria para un comercio intra-africano efectivo, la industrialización, la integración regional y la creación de empleo.

Justo antes de la Cumbre de la UA, el HATC advirtió que tanto la Unión Europea como los Estados Unidos, en la negociación de sus propios acuerdos, African Growth and Opportunity Act (AGOA), están adoptando la táctica de divide y vencerás, ofreciendo un tratamiento distintos a países pertenecientes a la misma comunidad económica, poniendo así en peligro la Agenda sobre Integración Económica de África.

El informe sobre Competitividad en África de 2013, ya puso de manifiesto que la integración regional podría ayudar a África a elevar su competitividad, diversificar su economía y crear suficientes trabajos para ese 60% de jóvenes sin empleo que tienen el continente.

Los ministros han pedido un análisis económico sólido sobre el impacto general que tendrían los Acuerdo de Asociación Económica con la EU sobre el África actual y las generaciones futuras.

Por otro lado, los países africanos son conscientes de que la negativa a firmar los AAE con la UE tendrá graves consecuencias para ellos y piden que se examine a fondo el impacto que supondrá la prohibición del acceso de productos africanos a los mercados de la UE después del primero de octubre, que será la represalia que la Unión Europea tome si no se firman los acuerdos. Posiblemente, estas sanciones podrían ser el elemento que rompa el consenso de Addis Abeba ya que muchas economías africanas dependen grandemente de las exportaciones a Europa.