Mujeres alfa y hombres jeta
Estamos ante un mal exclusivamente femenino, obviamente. Mujeres alfa abducidas por hombres jeta, propongo como nombre científico. Ellos, a lo que se ve, son inmunes y nunca pierden los papeles
Ya sé que no están los tiempos para escurrir el bulto, pero hoy tengo que ir de perfil bajo si quiero salvar el pellejo. Aparte de baja, que también —la caída de estrógenos del climaterio es una juerga flamenca comparada con el desplome de según qué turgencias—, voy a dar una imagen más plana que el encefalograma de algún tronista de Mujeres, hombres y viceversa. Y no miro a nadie, Oriana. Eso es lo que quiero, que ni me vean. Te lo cuento por puntos, que si no me lío con las subordinadas, y me tachan de ininteligible. Uno: estaba yo en el baño del curro haciéndome unos selfies de prueba con unas prótesis del tuppersex para hacerle un Femen al cura ese que dice que los maridos de antes les caneaban a sus señoras, pero no las mataban tanto como ahora. Dos: en estas, me suena el móvil, se me va un dedo tonto y, en vez de contestar la llamada, le mando las fotos al último contacto: el nuevo jefe supremo. Y tres: gracias a Jobs que no se me veía el careto, que tengo número privado y que las mamas de pega, ya que me ponía, eran de la 120. Así que aquí me tienes, de incógnito, con un sostén sin relleno rezando lo que recuerdo para que no me reconozca la jerarquía. Yo no soy esa.
Dirás que dónde voy yo, a mis trienios, dando el do de pecho gratuitamente por muy justa que sea la causa. Pues, hija, es que estoy en una edad malísima. Las hormonas, que te zarandean, te gobiernan y hacen de ti lo que quieren. Mira si no a Isabel Pantoja, viuda, madre y abuela coraje, teniendo que oír a su abogado argüir ante el Supremo que su clienta, esa tigresa de rompe y rasga, estaba tan obnubilada por Julián Muñoz que le blanqueaba el dinero negro que trincaba del Ayuntamiento de Marbella sin rechistarle siquiera. Ni conchabada, ni al corriente, ni al cabo de ninguna calle. Borrachita de endorfinas por Cachuli es lo que estaba Isabel, la pobre. Ciega de amor por ese Adonis. Lo mismito que Cristina de Borbón con Iñaki Urdangarin en el caso Nóos, Ana Mato con su ex Jesús Sepúlveda en la trama Gürtel, y Rosa Benito con Amador Mohedano con la herencia de La Más Grande. Demasiadas coincidencias. Yo que Mato, como ministra de Sanidad, Igualdad y Asuntos Sociales, decretaba la alerta sanitaria entre los ginecólogos echando leche de soja, o sea.
Porque estamos ante un mal exclusivamente femenino, obviamente. Mujeres alfa abducidas por hombres jeta, propongo como nombre científico. Ellos, a lo que se ve, son inmunes y nunca pierden los papeles. Ahí tienes al alcalde de Buenos Aires, Mauricio Macri, pillado calibrándole a ojímetro la delantera a la cantante Violetta. O a un regidor flamenco de Flandes propiamente dicho plantándole la zarpa a Máxima de Holanda en la mayestática grupa sin mayores consecuencias. Ahora, para macho alfalfa y 100% ibérico de bellota, Cañete. Preguntado sobre a quién elegiría para candidata a la alcaldía madrileña, respondió, rumbosísimo, con dos testículos: “A la más guapa”. Pues yo que él me iba aplicando el cuento. Somos muchas las que deploramos su candidatura a las europeas teniendo a ese Floriano de jefe de campaña.
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