Taxonomía Hadid
FOTO: Virgile Bertrand
Tras arrastrar más de dos décadas como “arquitecta de papel que no lograba construir sus diseños”, pocos proyectistas atraviesan una época tan fructífera como la anglo-iraquí Zaha Hadid (Badgad, 1950). Raro es el mes que no anuncia un nuevo proyecto (concursos o encargos) y que no llegan noticias de alguna inauguración. Así, aprovechamos uno de sus últimos proyectos, el Centro Dongdaemun Design Plaza, en el barrio histórico del mismo nombre de Seul, para resumir su sello arquitectónico en 10 ideas, decisiones espaciales o aspectos formales.
El recién inaugurado centro es el primer edificio de la arquitecta en Corea del Sur y su contribución a la transformación del centro histórico en un “barrio tecnológico” con comercios, cafés y restaurantes abiertos 24 horas, reza la memoria del proyecto. El programa de lo que ellos denominan un “paisaje arquitectónico” baraja salas de exposición y un centro de convenciones con un restaurante panorámico y trata de unir parque y ciudad convirtiéndose en un “oasis verde”. Su forma se deriva de “una mezcla entre la cultura local y el contexto”. Es ese contexto lo que hace que el edificio salte por encima de los hallazgos arqueológicos que se hallaron durante la cimentación del edificio. Lo de responder a la cultura local, más allá de la densidad de la capital de Corea del Sur, cuesta más de ver. Con todo, el edificio sí permite diseccionar el sello Hadid en un decálogo de recursos.
1- Escala monumental. No es fácil manejar las grandes proporciones ni los grandes presupuestos. Muchos proyectistas se pierden frente al exceso de metros o al exceso de dinero. Hay que reconocer que los escenarios que imagina Hadid aúnan espectáculo y control de escala. No se discute en este punto si el mundo los necesita más o menos.
2- Envolvente/excluyente. La condición envolvente de las geometrías sinuosas que dibujan los proyectos de Hadid contrastan con el mensaje que envía la exclusividad de sus proyectos. El acercamiento formal envía el mensaje opuesto a la realidad social de los edificios. Un centro comercial y una sala de exposición son para quienes pueden pagar la entrada. Estos espacios que se dicen públicos terminan por excluir a quien solo busca pasear.
3- Espacio fluido: estancias ininterrumpidas en planta.
4- Y en volumen.
5- Elementos conectores que enfatizan esa conexión espacial entre las diversas partes de los inmuebles y rompen la geometría cartesiana cuando esta aparece. Es el caso de este asiento estantería.
6- Luminarias que no interrumpen. De nuevo, para enfatizar la fluidez espacial, la iluminación artificial carece de volumen, queda encastrada en techo y paredes.
7- Cantos redondeados. Se trata de multiplicar la línea sinuosa (el espacio fluido) que permite recorrer sin interrupciones todo el edificio.
8- Adiós a los ángulos. La preferencia por la línea sinuosa y redondeada deja muy atrás los antiguos ángulos que caracterizaron el trabajo de Hadid durante la década de los noventa.
9- Grafismo subrayador. De igual manera que los elementos conectores (la estantería-asiento) sirven para unir visualmente los espacios, el estudio de Hadid emplea numerosos recursos gráficos que, así mismo, unen también los espacios. Es el caso de las líneas que dibujan los diversos pavimentos de este suelo.
Y 10-Suelo blanco y brillante. Hace más de una década que Hadid apuesta por el blanco. Por encima de los tonos oscuros que defendía antaño. Se podría deducir que, a grandes rasgos, se pasó al blanco cuando abandonó los ángulos. Ese recurso, que funciona dando brillo al exterior, -y al interior, en este caso-, de muchos de sus edificios, es una apuesta con doble cara puesto que es, también, lo que subraya el aspecto escenográfico, irreal incluso, de los mismos. ¿Cuánto tiempo puede durar un suelo blanco y brillante de un edificio que se anuncia como público?
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