Árboles con wi-fi
Imaginemos por un momento que los árboles produjeran wi-fi. Sería una locura. Todo el mundo se dedicaría a plantarlos, mantenerlos y cuidarlos. Habría árboles por todos lados. Cada ciudadano querría tener uno propio y se comenzarían a replantar con tal rapidez y eficacia que acabaríamos con la deforestación. Llegaríamos a destruir edificios innecesarios que ocupan espacio. Convertiríamos los árboles en algo sagrado, en algo imprescindible, algo por lo que todos lucharíamos. Sin embargo no es así. Es una lástima que únicamente produzcan el aire que respiramos.— Carlos Espín Méndez.
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