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Así hice el nuevo videoclip de Pharrell Williams

El director español que ideó el vídeo de 'Marilyn Monroe' describe para ICON las claves del nuevo 'hit' del gurú del sombrero de fieltro

Pharrell Williams siendo gurú musical en Brisbane, Australia, en marzo.
Pharrell Williams siendo gurú musical en Brisbane, Australia, en marzo.Bradley Kanaris (Getty Images)

Le ha pasado a medio planeta. En el supermercado, en los probadores de una tienda, en el metro (prohibido bajar a las vías) y también en el partido de fútbol. Escuchar Happy e imaginarse dentro de un videoclip (ahora le compro una violeta a la estanquera, ahora me marco un moonwalk en el paso de cebra atestado, ahora trisco cual cabrita montesa por los pasillos del instituto), con el consiguiente riesgo de accidente (lamentablemente, esto no es ficción).

En ese universo ha tenido que vivir un realizador español. Luis Cerveró se ha encargado de imaginar (y dirigir) las imágenes de Marilyn Monroe, el nuevo hit de Pharrell Williams, el artista del momento, el Curtis Mayfield de la radiofórmula de 2014. Amante tanto de la explosión colorista, como del ritmo del rocanrol y el soul o de las imágenes impactantes de las vanguardias, el realizador valenciano ha tramado una minipelícula ambiciosa en varios actos que funciona, también, como ensayo sobre algunas tipologías de roles femeninos literarios que ríase usted de Jane Austen. También actúa como cuento de hadas subido de tono (y de pantone).

Aquí no las hay, máscaras, pero sí pies algodonados en el salpicadero, coreografías omnívoras, guiños a Shakespeare, tiro con arco y el ya icónico sombrero de Pharrell mutando de color cual camaleón según el escenario. Cerveró, uno de los realizadores españoles con más proyección mundial, que tanto trabaja para bandas del underground barcelonés como para éxitos de ventas a nivel planetario, explica a ICON cinco claves de su último trabajo.

1. Evitar a Michael Jackson y a Marilyn Monroe.

“Solo hubo dos peticiones de las que tuvieramos que huir. No querían ninguna referencia explícita a Marilyn Monroe, porque la canción no va de eso. Y no querían nada que permitiera la comparación de Pharrell con Michael Jackson, porque está un poco harto y porque le admira mucho, no se siente cómodo en esa comparación. Lo único que me pidieron que cambiase de mi primer guión fue el principio, en el cual Pharrell veía a la chica de sus sueños en una pantalla de autocine, como algo inalcanzable, y la chica con la que iba al autocine salía cabreada al ver la reacción de Pharrell ante la chica de la pantalla, y eso les remitía demasiado al comienzo de Thriller, en el cual Jackson va a ver una peli con su novia y ella se va del cine. Está muy bien que se cargaran ese arranque porque lo que hay ahora es mucho más sencillo, directo y gráfico.

En cuanto a mí, sí, claro, generacionalmente fui uno de esos niños que alucinó con Thriller. Pero lo viví de una manera natural, como cualquier niño, que no es consciente que no se había hecho nada igual con anterioridad. A mí Thriller me dio a la vez miedo y ganas de bailar. No pensé para nada en aquel entonces que yo quisiera hacer videoclips. Pensaba poco en la edad adulta cuando era un niño yo, estaba demasiado ocupado pasándomelo teta”.

2. Trabajar para el ‘underground’ vs. el Top 1.

“Intento afrontar todos mis trabajos con el mismo entusiasmo. Aunque sería mentir que dijese que todos los grupos con los que he trabajado me generan el mismo nivel de entusiasmo. Por otra parte, creo que lo que define mi trabajo, e incluso mi falta de un estilo concreto, es mi respeto por el músico, mi sensación de responsabilidad por tener que generar una imagen que refleje su sonido, y una conciencia incluso algo excesiva de que lo que estoy haciendo tiene que servir para vender discos (si es que todavía queda alguien en el planeta que los compre). Tengo una mentalidad muy de chalado de que lo que hago definirá al músico y al single, y en ese sentido me pongo en disfraces muy diferentes según para qué músico esté trabajando. Eso creo que es más relevante que trabajar dentro o fuera del país. Y las diferencias más reseñables entre trabajar aquí para pequeños grupos y fuera para grandes estrellas serían la diferencia abismal de presupuesto y la falta de comunicación directa con el autor, al que –en el caso internacional, claro– sólo accedes una vez estás rodando con él. Pero como ves son diferencias que poco tienen que ver con lo creativo, es algo más en las dinámicas, así que en lo general el curro es el mismo”.

3. Inspiraciones y guiños.

 “La idea que presenté era muy sencilla, entre otras cosas porque tampoco me dieron mucho tiempo para presentarla. Pharrell busca a su mujer ideal, pero es una abstracción, no existe. Así que, partiendo de la realidad, tiene que entrar en mundos cada vez más abstractos para llegar a ella. Esa línea narrativa tan sencilla sería tratada como un musical de Gene Kelly, en los cuales la cámara siempre le seguía mientras él atravesaba escenarios (aquí la referencia fue el Gotta Dance de Cantando bajo la lluvia). Y en esos musicales las bailarinas estarían siempre divididas en tres grupos: las Marilyn Monroes (la mujer sexual, explosiva, carnal), las Cleopatras (la mujer autoritaria, poderosa, altiva) y las Joan of Arcs (la mujer independiente, intelectual, asexuada). Esto se vería tanto en diferencias de estilismo como del propio baile de cada grupo. Y la manera de empezar en la realidad y viajar hacia la abstracción era realizando un viaje a la inversa por el cine musical clásico.

Y aquí es donde entran los referentes. Cuando yo recibí la canción, que era la del disco, había cuatro estrbillos, así que había cuatro escenas en el guión, y empezaba con el estilo documental y muy de montaje de Bob Fosse en All That Jazz (con esa habitación industrial de ensayo del número Take Off With Us, luego pasaba por los musicales pop europeos de William Klein y Ken Russell (aquí las referencias eran The Boy Friend de Russell y Mr. Freedom de Klein, luego por el resurgir musical de Blake Edwards y Robert Wise (el número musical final del video es muy similar al final de Star! de Robert Wise, muy en particular a la escenografía de su número Saga of Jenny con Julie Andrews) y finalmente quería acabar en un escenario muy amplio y vacío como el de las escaleras rosas donde Gene Kelly ve a Cyd Charisse con ese vestido de seda de 15 metros en Cantando bajo la lluvia, de Stanley Donen.

La idea era acabar con una estética muy sencilla, pictórica y simbólica como las de Cedric Gibbons en los 40 y 50. Pero se decidió hacer un radio edit, sacar un estribillo, y entonces pasé la referencia más 50s a la escena del sueño que abre el video, y que es una mezcla de Brigadoon, otra peli de Donen y Kelly, y los elementos escenográficos clásicos del Midsummer Night Dream de Shakespeare.

Vamos, como ves un buen revuelto de referencias y guiños a varias pelis de distintas épocas. Luego tuve cuatro días para preproducir el video y la cosa se fue simplificando, pero algo de todo eso queda”.

4. Pharrell, un tipo majo.

“Pharrell es un amor. Y no lo diría si no fuera cierto. Es simpático, entregado y muy directo. Cuando me lo presentaron me miró a los ojos y me dijo 'Te pido por favor que no te cortes, que me digas sin ningún miedo lo que te gusta y lo que no te gusta y lo que quieras cambiar de todo lo que yo haga. Por favor, que no te dé ningún miedo decirme cualquier cosa que tengas en la cabeza. Yo me pongo en tus manos'. Yo tampoco he trabajado con tantos artistas mainstream de ese nivel, pero por lo visto es cero habitual esa cercanía y esa horizontalidad en la relación.

Con Pharrell fue todo muy fácil, estuvo abierto a todo, puso muy pocos problemas y todo el mundo en el set le adoraba, empezando, por supuesto, por todas las bailarinas, con las que estaba de risas constantemente entre toma y toma. A nivel humano, fue un rodaje sorprendentemente fácil y fluido. En cuanto al estilismo, yo sólo opiné de paletas de color para que estuviera en armonía con el resto de personajes y fondos. Pero aunque estuve presente en la elección de cada prenda, Pharrell lo tiene clarísimo y fue él quien decidió qué se pondría en cada escena, lo cual me parece de lo más normal, sensato y práctico”.

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