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"De mayor quiero ser Concha Velasco"

Paco León se despide del Luisma que le dio fama, estrena una 'Carmina' madura, cumple 40 y jura no ser Evita Perón, todo a la vez

Tom C. Avendaño
Camiseta y pantalón Salvatore Ferragamo y botas Levi’s.
Camiseta y pantalón Salvatore Ferragamo y botas Levi’s.Pablo Estévez & Javier Belloso

En unas semanas se emitirá el último capítulo de Aída, y por primera vez en diez años, Paco León dejará de interpretar al personaje que le ha hecho uno de los actores españoles más conocidos de la década. Justo cuando se estrena Carmina y amén, la segunda película que este sevillano ha dirigido y que es, a la vez, segunda entrada en la saga de falsos documentales protagonizados por su madre: esta vez, el hasta ahora cómico muestra no solo una inédita elegancia al rodar escenas íntimas, sino también una faceta más oscura, más ambiciosa, más madura y muchas otras cosas que uno nunca asociaría al Paco León que conocemos. Y por si todo esto no fuera suficiente cambio para este hombre cuya mirada todavía podría hacerle competencia directa a una central eléctrica, dentro de poco también cambiará de década y se adentrará en los 40. Lo que se encuentre en ellos es algo, por primera vez desde que era veinteañero y empezó una de las carreras más incontestables del entretenimiento español, impredecible.

Del uno al 10, ¿cuántas ganas tiene de que acabe Aída?

Diez. La serie ha emitido 230 capítulos y ha logrado toda la audiencia que podía. Ha sido maravilloso. El final, como es parte del todo, también es maravilloso.

¿Por la calle le llaman Paco o Luisma?

Depende del nivel cultural de la gente.

La gente que le llama Luisma es más…

Solo ve televisión.

El actor viste camiseta de punto Adolfo Domínguez
El actor viste camiseta de punto Adolfo DomínguezPablo Estévez & Javier Belloso

Años atrás, si no le reconocían por la calle era porque se había hecho increíblemente popular travestido como Raquel Revuelta, en la imitación que le hacía en Homo Zapping. Ya son dos personajes icónicos en una década.

Da miedo, ¿no? Son como Frankenstein. Hay que tener cuidado de que no te coman.

¿Se ha parado a pensar que con tanta presencia mediática y con tantos personajes reconocibles, a lo mejor está creando una marca Paco León?

Ojalá. Después de diez años de serie, que se conociera a Paco León no solo como actor sino como una manera de hacer las cosas… sería maravilloso.

Entonces, ¿existe esa manera Paco León de hacer las cosas?

Es... buen rollo. Un optimismo que tengo yo en en mi carácter. Un ver la botella medio llena, una ilusión, que yo creo que se comunica, ya sea en el lanzamiento de Carmina y revienta, en Raquel Revuelta o cuando el Luisma se encuentra una mierda por la calle y se entusiasma. Todo es muy positivo, lo cual engancha y creo que es lo que gusta de Paco León.

¿Y no le da miedo a encasillarse en su propia imagen?

No. Soy el primero que se aburre conmigo y por eso intento cambiar de aires. Pasar del cine a la televisión, a la dirección, a la danza. Y bueno, los éxitos te llevan a sitios.

¿A sitios?

Mira, yo podría seguir haciendo de Raquel Revuelta aún ahora que han pasado diez años. En todas las galas, todos los pregones, todas las salas, colaborando en programas de tarde… Pero como los éxitos te llevan de un sitio a otro, acabé en Luisma, en The Hole [la obra de teatro-barra-cabaret moderno que León dirigió y protagonizó durante un mes en el teatro de La Latina y que este mes de junio finaliza su segunda y exitosa temporada, ya sin el actor al frente] y en Carmina.

Hacer otra Carmina, ¿era un imperativo del éxito comercial?

Esta película es una excusa para profundizar e investigar un poco más en lo que había encontrado en la primera: el lenguaje, el formato, los límites del texto y la improvisación, la mezcla de actores profesionales y no profesionales. Me niego a pensar que solo gente de la calle podía hacer personajes auténticos.

Hablando de autenticidad, en la película hay un loro que se llama Bárcenas y otros muchos guiños a los titulares.

Camiseta Antony Morato, pantalón Pepe Jeans y botas Timberland
Camiseta Antony Morato, pantalón Pepe Jeans y botas TimberlandPablo Estévez & Javier Belloso

Es aposta. La intención puede ser sutil pero quería hacer un retrato humano y coyuntural del ahora. Sacar una instantánea del presente, que se vea cómo nuestra realidad afecta a la calle.

¿Esa realidad la puede describir?

Mejor que en la película, no.

Es que eso como titular no me da.

[Piensa] Creo que las personas están por encima de las circunstancias actuales.

¿De la economía y la corrupción?

La gente sigue follando, teniendo hijos, queriéndose, haciendo las cosas importantes haya o no haya guerras, bonanza económica, crisis… La felicidad es cosa de cada uno, no de quienes gobiernan.

De esa complicidad suya con la calle, esa forma de ver a la gente por encima de las instituciones que es algo muy suyo, se habló mucho cuando estrenó Carmina y revienta con aquel modelo de distribución tan poco habitual. Se estrenó simultáneamente en cine, DVD e Internet, a precios tirados.

Eso tiene lecturas erróneas. Aquel estreno no fue antisistema. No era estar de parte del público. No soy la Evita Perón de la distribución del cine. Era estar de parte de la película y de la industria. Me llamaron integrista pero no era un mensaje mesiánico de “Así se deben hacer las cosas” y “Todo para el pueblo”. Era un experimento empresarial y me hubiera gustado que lo hubieran seguido más cines. No 20 salas, que fueron las que proyectaron la cinta, sino 200.

Ahora no lo repite.

Esta película es mucho más cara. La otra se hizo con menos de 100.000 euros y el rodaje de esta ha salido por 650.000. He pagado a todo el mundo.

¿Ha pagado a su madre?

A mi madre, también. Está muy bien hacer películas con lo que se tiene, y la gente debería animarse a hacerlas, pero una industria no se puede basar en gente que pide favores. Lo que te decía es que cada película debe tener su modelo de distribución. En el caso de Carmina y amén, por ejemplo, haciendo lo del estreno gratis hay cines que están que trinan.

¿Se sintió castigado por la industria por haber hecho tanto ruido con la promoción de la primera Carmina?

Si no dejé ‘Aída’ es porque Concha Velasco me enseñó a no quejarme del éxito

Para nada. Aplaudido, si acaso.

¿Ni cuando no le dieron el Goya a mejor director revelación?

El Goya no me lo dieron porque no… [Elude acabar la frase: tras dejar ese “no” colgando en el aire con ademán de incomodidad, atiende a un grupo que le pide que pose con ellos.]

¿Cuánta paciencia le consumen estas cosas?

Lo llevo bien dentro de lo que es. [Cambia el tono] Tengo mis días. Y hay gente simpática y educada. Pero hay gente…

¿Que no lo es tanto?

Un día estaba en el hospital... Precisamente me había dado un ataque de ansiedad. Para tratarlo vinieron las enfermeras a pedirme autógrafos. Y yo ahí, firmándolos, que se me clavaba la aguja de la vía. También me ha pasado en un funeral. La gente parece que te ve como un servicio público.

De lo privado usted cuenta más bien poco.

Por eso me presto a las fotos. Hay que ser muy generoso en un sentido para ser muy rácano en otro. Además, intento salvaguardar mi vida personal. Por motivos profesionales: un actor tiene que ser lo que haga falta. El misterio viene bien.

Carmen Machi dejó de interpretar a Aída. ¿Cuántas veces estuvo tentado de hacer lo mismo?

Muchas. Pero siempre recuerdo el consejo de doña Concha Velasco, la gran doña Concha Velasco. Estábamos en una edición del Festival de Málaga, metidos en un coche oficial mientras todas las niñas me aclamaban a mí y a ella ni la miraban. Yo estaba abochornado. Aquella situación me parecía hasta violenta. Ella me dijo: “Ay, nene, si yo he hecho festivales donde me han aplaudido, donde me han escupido, donde me han tirado chaquetas al suelo para que pase por encima… Esto es la tele”. Y me explicó que nunca dejara la serie. “¿Tú sabes lo difícil que es dar con un personaje que conecte con el público, que te lo pases bien trabajando, que te paguen muchísimo? Esto pasa una vez en tu carrera. Si ocurre, aprovéchalo y no me seas quejica del éxito”. Qué gran frase, ¿eh? Yo quiero llegar así a esa edad. Con ese brillo en los ojos y esas piernas. Yo de mayor quiero ser Concha Velasco.

Paco viste camiseta Jockey, cinturón Levi’s y pantalón Boss Orange
Paco viste camiseta Jockey, cinturón Levi’s y pantalón Boss OrangePablo Estévez & Javier Belloso

Si vuelve a dirigir, ¿será en el estilo de falso documental que parece improvisado, el de las Carminas?

Lo que me movió a las Carminas fue la historia, no el estilo. Aunque me ha gustado dirigir otras cosas, como un corto para una marca de cerveza. Por cierto, acaba de alcanzar los dos millones de visionados en YouTube, que son mogollón para ver un corto de 12 minutos, que eso no lo ve ni Dios. Y tiene ese mismo estilo, ese punto improvisado, ese algo tan auténtico.

¿Eso es que sí?

Sí.

No tiene ningún proyecto como director en el futuro inmediato.

No me quiero volver loco, como si de repente… [Recrea una marquesina con las manos y enuncia como si estuviera en la radio] “Ha nacido un director”. Yo me siento un cómico que seguirá siendo cómico. Que puede dirigir, bailar, cantar o desnudarse. Pero un cómico.

Fotografía: Palo Estévez & Javier Belloso / Realización: Blanca Puebla / Asistente de estilismo: Laura Gurpegui / Asistentes de fotografía: Rafael de Labra y Gonzalo Bascuñana / Asistente digital y retocador: Daniel Plateado / Maquillaje y peluquería: Ricardo Calero (Talents) para Chanel y Art-Lab Aveda Agradecimientos: Orfebres Montejo

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Sobre la firma

Tom C. Avendaño
Subdirector de la revista ICON. Publica en EL PAÍS desde 2010, cuando escribió, además de en el diario, en EL PAÍS SEMANAL o El Viajero, antes de formar parte del equipo fundador de ICON. Trabajó tres años en la redacción de EL PAÍS Brasil y, al volver a España, se incorporó a la sección de Cultura como responsable del área de Televisión.

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