La recuperación está ahí

La recuperación de la economía española es un hecho, aunque su intensidad no sea por ahora destacable. La estimación preliminar del Banco de España señala que la expansión en el primer trimestre de 2014 ha sido del 0,4% en tasa intertrimestral, un significativo aumento frente al 0,2% del último trimestre de 2013. Esto significa que por primera vez la tasa interanual también será positiva, del 0,5%, abandonando nueve trimestres consecutivos de variaciones interanuales negativas.

Son datos consecuentes con lo que está ocurriendo en la eurozona, tras una recesión más profunda y dilatada que la de EE UU, donde se localizó el epicentro de la crisis. El contraste en los ritmos de crecimiento entre las economías europeas y la estadounidense o la británica se explica por la desigual orientación de las políticas de estímulo de la demanda y la priorización de la reducción del desempleo a ultranza. Por eso el FMI anticipa que en horizontes más amplios, en 2019, esas dos economías crecerán significativamente más que las de la eurozona, y sus tasas de desempleo serán también muy inferiores.

En ese contexto, la economía española está creciendo cerca del promedio de las del área, todavía en gran medida gracias al esfuerzo de las exportaciones netas, beneficiadas por una manifiesta rebaja salarial que ha reforzado su competitividad exterior. Que ese dinamismo se mantenga ya no dependerá solo de los esfuerzos de los empresarios, sino igualmente de la evolución de la demanda en nuestros principales clientes y, fuera de la eurozona, de la evolución del tipo de cambio del euro. Están en lo cierto las autoridades europeas que denuncian la inacción del BCE como responsable principal de la apreciación excesiva de la moneda europea, verdadero obstáculo para la continuidad del dinamismo de las exportaciones.

Es, pues, de todo punto necesario que, en economías como la española, se reanime la demanda interna, la que concreta inversiones empresariales y determina el consumo de los hogares. Que los registros macroeconómicos den cuenta del abandono de la recesión no significa que la expansión sea suficiente para reducir el desempleo de forma significativa y fortalecer la confianza para que las familias vuelvan a consumir y pagar sus deudas. Y sin esto, las empresas seguirán pasándolo mal y reteniendo decisiones de aumento de su capacidad de producción.