Donar los trajes
Estoy absolutamente seguro de que la decisión del juez del caso Gürtelen Valencia de donar los trajes del cohecho es plenamente ajustada a la ley, dotada de la mejor intención y suficientemente razonada.
Por mucha marca que tengan los trajes, por muy bien conservados que estén y por mucho que se depositen anónima y separadamente en contenedores para evitar que sean reconocidos, quien los vista será más ofendido que ayudado. Proceden de la suciedad y la deshonestidad, del despojo de los bienes públicos que con toda seguridad contribuyó en algún momento a generar el destinatario para que fuesen expoliados por gentes que aun así vestidos, para nada alcanzaron ni lo harán, su bondad ni su moral.
Yo pediría a la justicia, pilar del Estado, que destruyese esas ropas como se hace con la droga incautada, para dar ejemplo, claro está, y por salud, que no solo la física cuenta. Y el mismo Estado es responsable de velar por dicha salud con antelación incluso a los propios deseos de sus ciudadanos. Considérelo, por favor, señoría.— Enrique Martínez Ibáñez.
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