Padres entrenadores en las gradas
Frases como: “Que no te enteras”, “Vete a arbitrar a tu casa”, “Estás cegato o qué”, “Niño que estás dormido, espabila”, u otros insultos que prefiero no citar son frases, procedentes de los padres, que podemos escuchar desde las gradas los fines de semana en los partidos infantiles / juveniles de fútbol, básquet, balonmano u otros deportes.
La mayoría de nosotros apuntamos a nuestros hijos a hacer deporte para que se diviertan, se relacionen y porque es sano que hagan ejercicio. Pero todos esos motivos distan mucho de la realidad que se puede palpar desde las gradas. Podemos ver discusiones entre padres que se faltan al respeto, o gritos a entrenadores y árbitros. Por no hablar de las humillaciones a sus propios hijos gritándoles lo que tienen que hacer o incitándoles a ser agresivos con el contrario.
Sin embargo, cuando nuestros hijos contestan al entrenador o al árbitro, les decimos que se tienen que comportar. ¿Nos comportamos nosotros? Con actitudes como esas los valores que estamos transmitiendo son la falta de respeto, el egocentrismo, el anticompañerismo, la agresividad y la frustración.
Los padres debemos recordar que no somos los entrenadores de nuestros hijos, que para eso ya pagamos a un profesional que lo hace. Nuestra función es motivarlos y apoyarlos, ganen o pierdan. Si estas actitudes de desacreditación de autoridad las extrapolamos a otros ámbitos como el educativo, criaremos hijos sin respeto hacia nadie: ni a entrenadores, ni a árbitros, ni a profesores... y, como consecuencia, ni a nosotros: los padres. “Si quieres un ganador en casa entrénate, pero deja que tu hijo se divierta”.— Nuria Castellanos Crespo.
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