El Barça se declara exento
El presidente de club dice estar a favor del control de los fichajes de menores, pero rechaza que se le aplique la ley
Un argumento opaco es el que a la pregunta "¿por qué?" responde "porque sí". Veamos un ejemplo. La Federación Internacional de Fútbol (FIFA) acaba de sancionar al FC Barcelona con la prohibición de comprar jugadores durante los próximos dos periodos de fichajes debido a que infringió las normas para contratar jugadores menores de 18 años. El club ha reconocido su conducta contraria al reglamento y considera que la norma que vulneró “tiene sentido”, es decir, protege los intereses de los jugadores jóvenes. Pero, atención a la pirueta dialéctica ejecutada por el presidente del club, Josep Maria Bartomeu, entiende que no tiene sentido aplicar la norma “a un club ejemplar como el Barça”. Es decir, el presidente declara la excepcionalidad del club y con eso basta para conducirse por encima de la ley. El "porque sí" del argumento opaco. La retórica de Bartomeu sigue por los felices derroteros de negar en una frase lo que afirmó en la anterior. “Estamos absolutamente a favor del control de los fichajes de menores”, pero rechazan la ley. Si el Barça es un club ejemplar, ¿no dejará de serlo si se le exime de cumplir el reglamento?
Para que el Barça ganara el pulso jurídico a la FIFA (un organismo con escasa credibilidad, desperdiciada a golpe de arbitrariedades y corruptelas) con motivos tan débiles haría falta un milagro. Fiel a sus precedentes, Bartomeu ha mezclado razones contradictorias con destellos de paranoia, probablemente para deslumbrar a la prensa forofa. Existe “una mano negra” que persigue al club, como demuestran, según él, las denuncias de dopaje, la publicación de los problemas fiscales de Messi o el shock del contrato de Neymar. Una olla podrida de agravios y manías persecutorias para eximir de responsabilidad a los gestores barcelonistas.
La ventaja para la directiva es que la guía económica del fútbol no es racional. Lo más probable es que la FIFA mitigue la sanción, porque tanto ella como las federaciones nacionales se nutren de traspasos, comisiones, tasas y aportaciones de los clubs. El Barça (como el Real Madrid) dinamiza ese mercadeo en la sombra que enriquece a los intermediarios sobre las espaldas de los socios. Casi seguro, Bartomeu podrá comprar a Ter Stegen y a todos los defensas centrales que necesite.
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