Endogamia en la universidad

Cual Ave Fénix que fuera están renaciendo (La endogamia enferma el campus, EL PAÍS, 23 de marzo) las denuncias sobre lo que bien puede calificarse de otra manifestación española de corrupción. Se trata de los resultados de concursos a plazas de profesores funcionarios, concursos teóricamente libres pero, en la práctica de muchos, muchísimos casos, realmente amañados, es decir, adecuados al candidato local. Este asunto, tiene su origen en una legislación de 1983 (nada menos), la llamada Ley de Reforma Universitaria o LRU, una ley angelical pero, claro, aplicada por y para humanos muy pegados a su terruño. Eso ayuda a explicar las apetencias endogámicas.

Para no repetirme me remito a un artículo que este periódico me publicó el 21 de abril de 1992 (La contrarreforma del profesorado) donde ya denunciaba lo que entonces empezaba a manifestarse. 22 años más tarde no se ha avanzado. Es más, el nuevo sistema de contratación de profesorado que coexiste por ahora con el régimen funcionarial no ha contribuido a suprimir esta lacra, sino a consolidarla. El futuro es ciertamente desolador.— José Mª Alvariño Herrero. Excatedrático de la Universidad de Salamanca.