La Casa Blanca se queda sin postre
Michelle Obama lamenta la marcha de Bill Yosses, el repostero de la residencia oficial, que heredó de Laura Bush y con el que ha apostado por la dieta sana
Bill Yosses ha sido el repostero jefe de la Casa Blanca desde enero 2007 cuando fue contratado por Laura Bush —llegó con la fama de hacer los mejores suflés de Nueva York—. Pero el próximo mes de junio abandonará su puesto en tan importante destino para enseñar cómo cocinar y comer correctamente a niños, y no tan niños, en Manhattan. Su marcha es casi un asunto de Estado que ha obligado a la primera dama a dar explicaciones. Y es tradicionalmente las cocinas de las residencias oficiales son muy importantes en los actos de representación y, más aún, cuando se trata de la Casa Blanca.
El chef, conocido como El rey de la Costra, ha dado en los últimos años un vuelco a los postres presidenciales, siguiendo las directrices de la primera dama, Michelle Obama. Ha conseguido que sean más sanos y también más pequeños. Con los Obama, instalados en la Casa Blanca desde 2009, Yosses ha emprendido lo que llama “la guerra contra la mantequilla y la nata”. La receta: “Sustituimos la mantequilla por puré de frutas, el azúcar por la miel y empezamos a usar cereales integrales”.
Michelle lleva años luchando contra la obesidad infantil por toda la geografía del país. Intenta educar a padres e hijos sobre la importancia de alimentarse de manera sana y de hacer ejercicio de forma regular. Su campaña, Let's Move, celebró su cuarto aniversario hace un par de semanas. Las declaraciones de su repostero demuestran que la primera dama también ha sido consecuente en su hogar y con su familia. En la mesa de la primera familia solo se toma postre los días de fiesta y los fines de semana.
“Estoy muy triste de que Bill Yosses se vaya”, ha explicado Michelle, en un comunicado oficial. “Pero, a la vez, muy agradecida. No solo por su trabajo como repostero de la Casa Blanca, creando las obras más delicadas y sorprendentes en cada cumpleaños o en cada visita de Estado, sino también porque ha sido una pieza clave para la creación de nuestro huerto, que ahora está lleno de frambuesas, moras, zanahorias, repollos, entre otras frutas y verduras”.
El huerto de la Casa Blanca, denominado White House Kitchen Garden, se construyó en la zona sur de la residencia presidencial hace cuatro años, cuando Michelle Obama decidió convertirse en la abanderada de la defensa de la dieta sana. Lo visitan estudiantes de primaria y secundaria de todos los puntos de la nación cada jueves y martes. “Es una jefa inspiradora que posee la perfecta combinación de espontaneidad y seriedad”, señala Yosses.
A pesar de los consejos de la primera dama, el repostero asegura no haber perdido el gusto por la mantequilla, la nata, el azúcar y los huevos. “No los he demonizado. En ocasiones especiales, continúo cocinando postres tradicionales”, afirma. Pero no es la nostalgia al azúcar y a la mantequilla lo que aleja a Yosses de la Casa Blanca. En realidad, el repostero se muda a Nueva York por otro motivo más personal: estar junto a su marido Charlie, con quien se casó en Washington en 2011.
En declaraciones a The New York Times, el chef confiesa que se puso muy nervioso al tener que cocinar para el presidente francés François Hollande — “los franceses son unos expertos en postres” — y que se saltó la dieta para ofrecer un strudel en la cena en honor de la canciller alemana Angela Merkel.
La Casa Blanca no ha elegido aún a su sucesor. La primera dama se debate entre un repostero con tradición francesa como Yosses o alguien con una visión más amplia de cocina ligera.
Pero, antes de apagar el fuego de la cocina de la Casa Blanca y crear una fundación para fomentar la alimentación saludable, Yosses comparte su última receta: “La cocina consiste en recrear los sabores, como el jazz hace con las melodías”.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.