_
_
_
_

Cinco tendencias que no tienen justificación

Los estadounidenses creen que ha llegado el momento de quemar los pantalones de cintura baja. ¿Y qué hay de los calcetines ejecutivos o las camisetas de pico?

Carmen Mañana
El cantante estadounidense Karris con sus pantalones bajos ineficazmente sujetos por un cinturón de Gucci.
El cantante estadounidense Karris con sus pantalones bajos ineficazmente sujetos por un cinturón de Gucci. CORDON PRESS

Para gustos hay colores. El libre albedrío. Y la fuerza nostálgica de la moda que convierte en must lo que hace un segundo era lo peor. Argumentos para defender que a los ojos de Dios todas las tendencias son buenas e iguales hay cientos, pero resulta difícil encontrar alguno para disculpar las siguientes opciones estéticas:

1. Los pantalones cagaos o low waist jeans, como dicen en el mundo anglosajón y en las publicaciones pretenciosas. La revista Vanity Fair ha realizado una encuesta sobre moda entre población estadounidense cuyos resultados son, como poco, curiosos. Además de descubrir que un cuarto de los entrevistados van “en plan comando” y que prácticamente la mitad tasan su atuendo en menos de 50 dólares (36 euros), revela que un 64% considera que la tendencia que debe morir y debe hacerlo ya es la de los pantalones a media nalga. Muy por detrás en su lista genocida-textil se sitúan los zuecos de madera o las botas de pelo UGG, con un 5% de los votos respectivamente. Lo que prueba que la democracia, sin ser un sistema perfecto, es a veces el mejor y más justo de los sistemas. Ver los gayumbos del personal no es necesario, y vislumbrar lo que los castizos denominan la hucha y los médicos, la zona perianal, simplemente aterrador.

David Bisbal en una actuación en México.
David Bisbal en una actuación en México.CORDON PRESS

2. Las camisetas de cuello en pico. Hace tiempo que dejaron de ser una opción incluso entre musculosos siempre dispuestos a presumir de canalillo. Si en la ruta del Bacalao ya eran horteras, hoy no existe ninguna justificación para que abandonen el cajón de la ropa interior. ¿Por qué un hombre llevaría una camiseta de cuello en uve? Habría que preguntárselo a David Bisbal o a Gerard Pique, que gusta de lucirlas cuando no está haciendo de modelo de Mango o lleva el uniforme blaugrana. O al casting al completo de Mujeres, hombres y viceversa ¿Son estos sus referentes vitales y estéticos? Siga adelante. Solo Pablo Ruz juzga. Pero recuerde que a las mujeres no suele gustarle que sus hombres tengan las piernas más flacas y lleven más escote que ellas. 

3. La riñoneras ¿Es usted vasco? ¿Lleva un pañuelo palestino? ¿Trabaja cambiando monedas en unos recreativos? ¿Se llama Rihanna? Si ha respondido que no a al menos dos de estas preguntas ya va dejando ese bolso cinturón donde lo ha cogido. Y, no, no vale como homenaje posmoderno al estilo acid smiley.

Fotograma de la película 'Ocho apellidos vascos'.
Fotograma de la película 'Ocho apellidos vascos'.

4. El calcetín ejecutivo. Es uno de los males más extendidos en la sociedad española. Alguien, en algún momento, convenció a los hombres de negocios y a todos los que usan regularmente traje de que esta media masculina -que se agota generalmente entre el tobillo y la rodilla- es la opción elegante y más adecuada a la etiqueta. Una falacia a la altura de “el marrón te sienta bien”. Los ejecutivos transpiran mal, producen un efecto cactus y, lo que es peor, cuando la mayor parte de los hombres cruzan las piernas, se quedan al descubierto mostrando esa goma ancha que estrangula el gemelo. Un espectáculo bromúrico. Los expertos, como Luis Sans propietario de la tienda barcelonesa Santa Eulalia, recomiendan algodón 100% para el verano y lana fría para el invierno.

5. Zapatos blancos. Tal vez Valentino, el Papa (para ciertas ceremonias) y Lapo Elkann puedan permitirse calzar esta combinación, pero fuera del territorio italiano ni siquiera Julio Iglesias (el hombre que odia los colores) saldría airoso de semejante reto. El revival de Miami Vice ya vino y se fue, pero por el camino nos dejó ese regusto a gomina rancia, puro y sobres. Recuerdo a Francisco Correa saliendo de la cárcel: esa americana náutica de botones dorados, la camiseta de algodón, el vaquero ancho. Y aunque no llevaba zapatos blancos ¿a que su cerebro puede completar la imagen con ellos? Tan solo los niños en su primera comunión y la troupe de Farruquito están exculpados. Tienen doble penitencia los que se atrevan además con la punta afilada o cuadrada. Al infierno directo, si hay borlas de por medio.

La lista podría ser, evidentemente, mucho más amplia. Comparta con ICON las tendencias que cree que deben morir a través su cuenta de Twitter @icon_elpais.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_