A propósito de Caja Navarra
Referirse al “expolio y reciente desaparición de la Caja de Ahorros de Navarra”, como se hace en el reportaje publicado el pasado domingo con el título La tormenta de la Hacienda Foral, es tan injusto como falso. Todas las cajas de ahorro, excepto las de Ontinyent y Poiensa, han “desaparecido” como entidades de crédito. Han traspasado su actividad financiera a un banco y, con los rendimientos de su participación en el capital, financian su obra social. Caja Navarra y otras tres cajas de ahorro traspasaron su actividad financiera a Banca Cívica y esta se fusionó posteriormente con Caixabank. Con los rendimientos de su participación en Caixabank y con los del patrimonio no traspasado en su día a Banca Cívica, la Fundación Caja Navarra mantiene una de las obras sociales más potentes del sector en términos absolutos y la mayor en términos per capita.
Igualmente falsa e injusta es la calificación de “expolio”. Los accionistas de Banca Cívica que acudieron en julio de 2011 a su salida a Bolsa han obtenido una rentabilidad y una revalorización similares a la de la media de los demás bancos cotizados. Ninguno de los preferentistas, a diferencia de los de otras entidades, ha sufrido quitas y algunos han obtenido rentabilidades superiores al 100%. Huelga decir que el coste para el contribuyente ha sido nulo.
En segundo lugar, no existen “créditos blandos” otorgados a los consejeros de Caja Navarra, ni documento o informe de supervisor alguno que afirme semejante cosa. Los créditos otorgados a los consejeros y a las demás personas o entidades vinculadas fueron concedidos en condiciones de mercado y fueron objeto de la publicidad legalmente exigida, sin que ninguno de los supervisores formulara objeción alguna.
En tercer lugar, las denuncias presentadas por UPyD y Kontuz en el Juzgado de Instrucción nº3 de Pamplona, posteriormente publicitadas en el libro al que se hace referencia en el reportaje en cuestión, han sido sobreseídas tras el Auto del Tribunal Supremo de 24/07/2013. Y este Juzgado, lejos de apreciar que, como se dice en el reportaje, las actas de la Junta de Entidades Fundadoras habían sido falsificadas, basó toda su actividad instructora en la certeza de las mismas.
Por último, esas denuncias han dado lugar asimismo a una causa que se sigue en el Juzgado Central nº 6, que está a la espera de un informe solicitado al Banco de España, que confirmará sin duda la falta de fundamento de tales denuncias. En ese momento, emprenderemos las pertinentes acciones judiciales contra los autores de las mismas y contra quienes, directa o indirectamente, las han difundido o publicitado.— José Antonio Asiain, Enrique Goñi y seis exmiembros de la Comisión Ejecutiva y de Auditoría y Control de Caja Navarra.
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