Nacho Vidal, sin huevos ni leche
Más allá de las cargas de profundidad intelectuales, la actitud del actor porno puede servir para dejar sin argumentos a aquellos machos que identifican el consumo de carne con la virilidad
Es oficial: Nacho Vidal se ha hecho vegano. El actor porno más famoso de España ha anunciado en Instagram que lleva un mes sin comer ni carne, ni pescado, ni ningún producto de origen animal. Es decir, ni huevos, ni lácteos, ni miel. Para que veamos lo contento que está, ha ilustrado la buena nueva con una foto con el torso desnudo en la que expone su protuberante musculatura. “Este es el cuerpo que te queda al ser vegano”, asegura. “Lo recomiendo”.
Respetuoso como soy de todas las opciones alimentarias por extravagantes que sean, siempre que no me den la tabarra con ellas, no osaré cuestionar la decisión del héroe de los 24 centímetros. Sin embargo, entiendo la preocupación que ha despertado entre sus círculos de admiradores. ¿Disminuirá su vigor sexual si no come chuletones? ¿Mantendrá esas formidables erecciones sin el omega-3 del atún? ¿Serán tan copiosas sus eyaculaciones sin el calcio de la leche? Imagino a estas pobres almas de cántaro buscando como locas información nutricional en Internet, y dando por bueno cualquier testimonio que confirme que el veganismo no reduce el potencial amatorio.
El propio Nacho ha querido mandar un mensaje de tranquilidad a sus fans. “No os preocupéis por mí, que sé de dónde sacar las proteínas”, ha dicho en otro pie de foto instagramero un tanto inquietante. También puntualiza que no trata de convencer a nadie, cosa que se agradece siendo algunos veganos tan dados al proselitismo más peñazo y a la superioridad moral frente a los carnacas. El remate a su posicionamiento es una declaración de esas que te invitan a pensar más que una película de Kieslowski, un libro de Cioran y un disco de Melendi juntos: “Todos los veganos comimos carne antes de serlo. Nacemos en un día, morimos en un día, nos enamoramos en un día, y en un solo día nos podemos volver veganos”. Ojo ahí.
Más allá de estas cargas de profundidad intelectuales, la actitud de Vidal puede servir para dejar sin argumentos a aquellos machos que identifican el consumo de carne con la virilidad, y el de verduras, con la blandenguería femenina. En ese sentido, me parece positiva: ya es hora de que algunos mastuerzos del filetón comprendan que tomarse una ensalada no significa necesariamente estar a un paso de la transexualidad. Solo espero que Nacho, vegano por un mes, no nos defraude y abandone a la primera de cambio. Como aquel conocido mío que era militantemente vegetariano en los periodos que pasaban entre plato y plato de jamón.
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