Balanzas fiscales

Con la publicación de las balanzas fiscales y las consecuentes desavenencias entre CC AA y Gobierno central, nos hemos enterado de hechos que resultan chocantes. Uno de ellos es el principio (parece que generalmente aceptado) de la igualdad de gasto por habitante. ¿Significa esto que por ejemplo la comunidad donde habito, Madrid, con 7.000 km2 y 6,5 millones de habitantes, debe percibir tres veces más que una comunidad por ejemplo como Castilla y León, con un tercio, sí, de habitantes que Madrid pero sin embargo 13 veces más de territorio? Si efectivamente el reparto es como se indica me parece un auténtico dislate. El territorio debería ser un capítulo importante de las premisas de distribución, porque tiene incidencia en todo, desde la construcción de infraestructuras al mantenimiento de bosques, costas, etcétera. Incluso conceptos más ligados a la persona, como la sanidad y enseñanza, tienen también su correlación con el territorio en tanto que su dispersión geográfica hace más costoso facilitar los servicios en regiones poco pobladas.

El ensimismamiento a que se está llegando por la competencia entre comunidades está rayando en una insolidaridad manifiesta y que además de absurda va en contra de los más elementales principios redistributivos que rigen los impuestos. ¿Qué haremos si como consecuencia de los excesos climáticos a que se está viendo sometida la cornisa cantábrica hubiera que emprender un costoso plan de contención? Vigilemos el correcto empleo de los recursos y que básicamente no haya comunidades que vean restringidos sus servicios frente a otras, pero de ahí a la rigurosa métrica igualitaria hay un trecho.— Carlos de Francisco Calvo.