Happy Timkat!
Texto y fotos: Ana Palacios
El pueblo está revolucionado y llevo todo el día oyendo a los aldeanos gritarme entusiasmados: Happy Timkat!
Soy la única blanca en Dera, una aldea en el centro del país, en la región de North Showa de Etiopía. La única también que no sabía que, en la religión ortodoxa etíope, el 19 de enero pasado, undécimo día después de la Navidad, se celebraba la festividad de la Epifanía: el Timkat (“bautismo” en amárico).
El Timkat (o Timket) es la ceremonia que conmemora el bautismo de Jesús en el río Jordán por San Juan Bautista. La noche anterior, los sacerdotes sacan el Tabot (una réplica del Arca de la Alianza) de sus iglesias para llevarla al río, lago o depósito de agua más cercano.
Esa misma noche, la única del año en la que el arca esta fuera de su altar, empiezan a rezar oraciones que duran hasta el amanecer, momento en el que se bendice el agua y se rocía a la multitud de feligreses, que incluso se sumergen en el agua, renovando así el sacramento del bautismo rememorando la escena del Antiguo Testamento.
Los keteras o sacerdotes, visten lujosos trajes ceremoniales de seda, satén y terciopelo. Se cubren con grandes paraguas de colores y perfuman el aire con incienso. Desfilan en procesión seguidos por miles de creyentes vestidos de blanco que cantan, bailan, tocan instrumentos ancestrales como la sistra –pequeña campana de metal de uso exclusivo en actos religiosos- ahogados por el ensordecedor batir de los tambores.
Enormes tambores que golpean enérgicamente con las manos y que simbolizan la tumba vacía de Cristo tras la resurrección. Esta vigilia religiosa está envuelta de un misticismo medieval que combina el recogimiento propio de una fe profunda con la exaltación de sus cánticos religiosos y colores festivos.
Una de las teorías más secundadas por arqueólogos e historiadores es que el Arca de la Alianza se encuentra en Etiopía, en la pequeña iglesia de Nuestra Señora de Sion, en Axum. Cuenta el libro sagrado etíope, Kebra Nagast, que, alrededor del año 900 A.C., fue Menelik I, hijo del Rey Salomón y la Reina de Saba, quien trajo secretamente el Arca de Israel a Etiopía, sustituyendo la verdadera por una réplica. No se ha podido verificar la autenticidad de esta historia, ya que el Arca es custodiada por un sólo sacerdote supremo, descendiente de los levitas –una de las doce tribus de Israel- que es el único que tiene acceso al cofre sagrado, según dicta la tradición religiosa.
Esta fiesta religiosa dura tres días y termina el día dedicado al arcángel Miguel con la devolución de los Tabots a sus correspondientes iglesias. Durante estas 72 intensas horas se mezclan la tradición religiosa con las actividades puramente lúdicas. Por ejemplo, es el único día del año en el que las mujeres pueden elegir a un hombre y pedirle una cita. Durante estos días, se paraliza la rutina de pueblos y ciudades para dedicarlos a esta celebración ya que la religión ortodoxa es mayoritaria en el país. Un 43,5% de la población pertenece a esta Iglesia, según el último censo del 2007, seguido por la musulmana y la protestante.
La próxima vez que esté en enero por Etiopía…. ¡ya no me cogerá por sorpresa! Happy Timkat!
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