No es país para viejos,... ni para jóvenes
¿Por qué una persona, a partir de los 50 años de edad, no tiene posibilidad, si está en el paro, de encontrar un trabajo? Y en el caso de ser afortunado y tener trabajo, es viejo para promocionarse, viejo para que lo valoren, viejo para una mejora salarial; pero no se es viejo para trabajar más horas, para tener movilidad, para asumir responsabilidades, para adaptarse a nuevos métodos y tecnologías, para afrontar nuevos retos...
Y nuestras nuevas generaciones, muy preparadas, siguen incrementando las listas del paro o teniendo que salir de nuestro país para poder trabajar; y el que tiene la “suerte” de tener trabajo aquí, lo es con un salario bajo y los más afortunados con ayuda de sus padres, si pueden. Nos vendría bien un momento de reflexión, de sentido común y de sensatez, que falta va haciendo. Se ha rescatado la economía, según dicen, pero nos están obligando a perder la dignidad.— Marisa Solana Sánchez.
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