La estrategia de atacar a los jueces
No parece ético ni estético, ni tampoco razonable, que los defensores a ultranza de la infanta Cristina, en lugar de apoyar sus asertos con argumentos razonados, los basen en ataques personales y extrajurídicos contra el juez Castro. Dichos opinantes me recuerdan a los exaltados que se manifestaron en Sevilla lanzando insultos de todo tipo contra la juez Alaya y, si retrocedemos un poco en el tiempo, el bochornoso caso del juez Marino Barbero. Señor director, no me preocupa que se tambalee la Monarquía, lo que realmente me preocupa y me da pánico es que se tambalee el Estado de derecho y la democracia.— Blanca Gimeno Ferreras.
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