Cachorros de fiesta
Haya o no recuperación económica sí que es seguro que habrá una nueva camada de cachorros de la fama
Pese a que la notoriedad lo alimentó desde que fuera el cachorro de Isabel Pantoja, Kiko Rivera podría ser considerado uno de los hombres del año. No contento con toda la algarabía de sus tuits en contra del padre del hijo que espera su hermana, Kiko decidió adelantar la Nochevieja y dio un fiestón en su casa el 30 de diciembre. Su osadía de exitoso DJ le llevó a alquilar dos cachorros de león como atracción romana, o felliniana, provocando la presencia de la Guardia Civil porque los felinos carecían de permiso de exhibición pública.
Con cierta torpeza pero con olfato, Kiko ha conseguido poner sobre la mesa el tema de los cachorros, entendiendo que un cachorro es también “un descendiente que permanece fiel a las ideas y modos de vida de sus antecesores”. Y haya o no recuperación económica sí que es seguro que habrá una nueva camada de cachorros de la fama cuando nazcan los hijos que también esperan Amaia Salamanca, Eugenia Silva y Pilar Rubio. ¡Hola! montará una guardería. Mientras, ese atemorizante cachorro de dictador que es Kim Jong-un, ha explicado, sin nombrarlo, que la ejecución de su tío “purga la escoria”, una de esas cosas que solo un cachorro de tirano puede decidir. Y los duques de Palma envían a sus allegados una felicitación de Navidad protagonizada por sus cuatro cachorros con unas montañas nevadas de fondo, una estampa inocente y blanqueada que se ha hecho conocida mientras esperamos si hay o no una nueva imputación a la infanta. La imagen de los Urdangarin-Borbón quizás sirva para que todos, y también el juez Castro, no olvidemos que esos aristocráticos cachorros seguro desean que nada malo les suceda a sus padres.
Cachorros correteando por todas partes, exhibiéndose con o sin permiso. En Baqueira una buena temporada de nieve y una mala temporada económica convierten de nuevo el apres ski en la última moda. Esta semana no faltó casi nadie: Belén Rueda, Mar Flores (la mejor abrigada) y hasta el joven Alonso Aznar. Pero en toda estación de esquí siempre hay temor a una avalancha o a salirse de la pista, y algo así ha sucedido con el derrape inesperado de la constructora Sacyr en su proyecto de ampliación del Canal de Panamá, ahora en suspenso y con las acciones de Bolsa desinfladas. El Gobierno de Panamá dice que no va a pagar los sobrecostes. Ciudad de Panamá es una especie de gran centro comercial a orillas del Pacifico con una entrada de dinero permanente gracias al canal. Los centros comerciales de la ciudad, que ellos llaman molls, ofrecen kilómetros de sucursales bancarias y tiendas caras que fácilmente pueden provocar rugidos y sobrecostes asustantes.
Los expertos prefieren explicar que todo es producto de que Sacyr, en un interesado alarde de modestia, ofertó a la baja para quedarse con el proyecto. Los Wikileaks que este periódico publicó en 2010 dejaban saber que los análisis confidenciales de Bechtel, la empresa americana que perdió esta contrata, confirmaban que los 2.300 millones ofertados no daban ni para “poner el hormigón”. Al parecer los de Sacyr confiaban en renegociar al alza el contrato mientras iban ampliando el canal, y la brecha financiera. Al final puede que la constructora haya abierto un agujero negro para la marca España.
Otro marrón para la marca España es el drama que crece en la familia de José Ortega Cano. Su hijo José Fernando, un cachorro bruto y desorientado que pasó las Navidades en la cárcel, se enfrenta a un juicio cada vez más serio a causa de su actitud despiadada en los delitos donde participó. Mientras tanto el padre, Ortega Cano, recurre a una arritmia para ralentizar su ingreso en la cárcel, por un homicidio a raíz de un accidente de tráfico. El retrato amargo de una familia disfuncional y sin manera de evitar la deriva. Ortega Cano también lucha por conseguir un indulto y anhela que la ley no le haga coincidir con su hijo tras las rejas. “Por una cuestión de honor” dicen en la prensa rosa.
Como cachorro, este año 2014 arranca a tientas entre la lluvia, las alergias inexplicables de Bárcenas en la cárcel que lo hacen ingresar con trato preferencial en el hospital sin que nadie se alarme y la buena noticia de la nueva temporada de la serie Cuéntame, uno de los cachorros de ficción nacional con una mayoría de edad exitosa. A partir de las próximas semanas, los Alcántara entran de lleno en 1982, y lo presentan como un año mágico, el de Naranjito, el triunfo de Felipe González y de la movida. En la serie se han esmerado por reproducir meticulosamente todo lo relativo a ese momento. Uno de los nuevos decorados es un garito empapelado con pósteres de grupos como Siniestro Total y con una banda propia con un líder que rememora a Fabio Mac Namara, el célebre compañero de Almodóvar en sus tiempos de estrella musical. Gracias a Cuéntame, los ochenta volverán a retratar una España luminosa, envidiada por Latinoamérica como cuna de una efervescencia sorprendente. Veremos a sus personajes como cachorros de la nostalgia, hijos de lo que fuimos y de lo que difícilmente volveremos a ver.
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