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Coordinado por Gonzalo Fanjul y Patricia Páez

2013, un mal año para los evasores de impuestos

El autor de este texto es nuestro colaborador habitual Alex Prats (@alexpratstweets). Esta entrada fue publicada originalmente en The Guardian Development.

Calle principal de Gran Caimán. Autor: Noyolcont

2013 no ha sido un buen año para los aficionados a la práctica de la evasión fiscal. Tampoco para aquellos países que hacen esfuerzos notorios para que la evasión de impuestos resulte una tarea fácil. Este año, el debate sobre el impacto de las políticas tributarias sobre la pobreza y la desigualdad ha atraído la atención de gobiernos, parlamentos, periodistas y votantes, quienes de acuerdo con una encuesta en el Reino Unido manifiestan que su mayor preocupación acerca del comportamiento de las empresas son precisamente sus políticas y prácticas tributarias.

En una época en que las políticas de austeridad han hecho menguar nuestros derechos, las prácticas adoptadas por algunos de los que más tienen para burlar la ley y evitar el pago de impuestos se ha percibido, más que nunca, como un latigazo, no solo al Estado, sino al resto de la sociedad. No puede sorprender, por tanto, que la estabilidad del engranaje internacional que facilita la evasión fiscal haya empezado a sentirse amenazado.

En el 2013 hemos logrado avances importantes en la lucha por la justicia fiscal, pero sería una error grave caer en la complacencia. Estamos, únicamente, en el fin del principio de una larga batalla sobre cómo el poder y la riqueza se distribuye entre y dentro de los países. Aquellas empresas e individuos que han ganados millones y millones de euros a costa del resto no se van a dar por vencidos fácilmente.

Una vez queda clara la advertencia de que esto no ha hecho más que empezar, veamos cuatro de los principales avances que se han logrado este año contra la evasión fiscal y la opacidad financiera que lo sustenta.

En primer lugar, tras varios escándalos que han mostrado cómo multinacionales tan conocidas como Starbucks o Google logran minimizar sus impuestos en países en los que consiguen enormes beneficios, el G8 y el G20 han reconocido que las reglas existentes para la tributación de las empresas internacionales son injustas y deben ser cambiadas. La OCDE, el club de los países ricos, está liderando el proceso. Las nuevas reglas que se definan deberán lograr que las empresas paguen los impuestos que les corresponde, tanto en territorio OCDE como en los países en vías de desarrollo, para los que las trampas fiscales de las multinacionales suponen una pérdida cada año de 160.000 millones de dólares, más de lo que reciben en concepto de ayuda al desarrollo. Por este motivo, organizaciones como Christian Aid, Action Aid, Oxfam, la Global Alliance for Tax Justice o Tax Justice Network seguiremos reclamando a la OCDE que la voz de los países en desarrollo no puede ser ignorada.

Un segundo avance destacable ha sido el reconocimiento de que las empresas multinacionales deben ser más transparentes acerca de sus prácticas financieras y tributarias. Para ello, se les debe requerir que reporten las ventas y beneficios alcanzados e impuestos pagados en todos los países en los que operan, pues ello permitiría identificar casos de fraude con mayor facilidad. La Unión Europea ya ha decidido este año aplicar esta medida en el sector bancario. Nosotros seguiremos presionando para que la medida adoptada en Europa se extienda a todos los sectores y países.

Un tercer logro ha sido el reconocimiento por parte del G8, G20 y Union Europea de lo urgente e importante que es lograr evitar que aquellas personas que obtienen beneficios de forma ilícita puedan esconder su identidad y su dinero detrás de empresas fantasma creadas en paraísos fiscales. En octubre, y gracias en gran parte a la presión ejercida por las ONGs en la campaña IF, el Reino Unido anuncio la creación de un registro público en el que figurarán los propietarios reales de 3 millones de empresas británicas. El siguiente objetivo es, por una parte, lograr que otros países se comprometan a hacer lo mismo, y por otra, que el registro se extienda a los beneficiarios de fundaciones y fideicomisos.

Finalmente, se han logrado avances destacables en materia de intercambio de información tributaria. Un número importante de países, entre los que se encuentran algunos paraísos fiscales como Singapur, Luxemburgo, las Islas Caimán o Bermuda, han firmado la convención internacional existente para el intercambio de información. Pero es que además, después de años de campaña, las ONGs hemos logrado que la OECD y el G20 se comprometan a implementar en el 2015 una nueva herramienta para el intercambio automático de información tributaria entre países, lo cual tendrá un importante efecto disuasorio sobre aquellos que sientan la irresistible tentación de la evasión.

Los avances logrados en el 2013 hacia la justicia tributaria y fiscal tendrán un impacto positivo en la lucha contra la pobreza y la desigualdad, tanto en los países de OECD como en los países en desarrollo. Pero como apuntaba un poco más arriba, esto no es más que el fin del principio. Quedan por delante muchos problemas por resolver, entre los que destaca la necesidad de acabar con las políticas de incentivos fiscales para atraer inversión directa extranjera, de las cuales las empresas que reciben dichos incentivos han sido las principales beneficiadas, muchas veces a costa del bienestar de la población y del desarrollo del sector privado doméstico. En el 2014 también presionaremos a los gobiernos para que implementen de forma efectiva los compromisos acordados este año.

2013 también ha sido el año del nacimiento de la Global Alliance for Tax Justice, una nueva plataforma mundial que agrupa y coordina la acción de más de cien organizaciones que luchamos por la justicia fiscal en Europa, África, América y Asia.

Lo que nos une es la pasión y la energía que procede de la convicción de nuestras posibilidades para poner fin a reglas injustas que benefician a los que más tienen y condenan a millones de personas a la pobreza.

Comentarios

Yo diría que un mal año para los pequeños evasores de impuestos. Porque las grandes empresas y los que tienen pasta siguen evadiendo igual con variadas fórmulas http://xurl.es/9ik46
Yo diría que un mal año para los pequeños evasores de impuestos. Porque las grandes empresas y los que tienen pasta siguen evadiendo igual con variadas fórmulas http://xurl.es/9ik46
Yo diría que un mal año para los pequeños evasores de impuestos. Porque las grandes empresas y los que tienen pasta siguen evadiendo igual con variadas fórmulas http://xurl.es/9ik46

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