Coloreando a la ciudadanía
En tan solo un año, el presupuesto en material antidisturbios y equipamientos de protección y defensa para, entre otras, las unidades de intervención policial, se ha incrementado en más de un 1.000% (ha leído bien: un uno seguido de tres ceros). La última adquisición, por el módico precio de medio millón de euros, ha sido un furgón blindado (no confundir con las lecheras; este es un coche botijo) dotado con un depósito de 700 litros de agua a presión que será mezclada con colorante para marcar la ropa, o mejor dicho, estigmatizar a todo aquel que al manifestarse se desmande.
Me pregunto de qué color será el tinte, porque mareas de todos los colores del espectro se manifiestan hoy por las calles y plazas de España. Tal vez lo del tinte se deba a que ven cercano el día en que esa mayoría mansurrona y silenciosa que el Gobierno alaba pueda llegar a hartarse y salir también indignadísima a la calle a corear algún lema. Quizá entonces exhiba con orgullo la ropa teñida como símbolo de protesta contra un Gobierno fariseo que hace lo contrario de lo que promete, recorta derechos y libertades, empobrece, riega y colorea a la ciudadanía.— Roberto James.
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