Eurovegas, fin de la cita
Tras dos años de expectativas y promesas, el castillo de naipes de Eurovegas se desmorona. El tabaco era una simple cortina de humo, los riesgos de Eurovegas iban mucho más allá que una regresión en salud pública. Adelson pretendía echar un órdago a nuestros dirigentes, obligándoles a doblegarse a sus caprichos, a hacerle un traje a medida, sin importarle lo más mínimo nuestra democracia. Y es que en Eurovegas todo era muy turbio, mucho más que el humo de los puros. Pero en este culebrón de Eurovegas dos cuestiones son especialmente inquietantes. ¿Por qué Adelson pensó que conseguiría sus objetivos en un país azotado por la crisis y la deuda? ¿Le gustó el perfil de nuestros dirigentes? ¿Y por qué nuestros gobernantes han tardado tanto en entender que este proyecto no encajaba en una democracia como la nuestra? Somos muchos los que no nos creíamos esta quimera, pero aun así nos queda una sensación de desasosiego, tantos políticos per capita, tanto asesor de asesor, para tardar dos años en entender que esto no era ni bueno ni viable. El tono vital de los españoles sigue con tendencia a la desesperanza, pero, por favor, no nos vendan más castillos en el aire.— Regina Dalmau González-Gallarza. Madrid.
Se despeja la cortina de humo en Madrid, primero fue el proyecto olímpico ya en su tercera fase, ahora el de Eurovegas; nos han estado vendiendo humo, tanto en la capital como en la Comunidad, la situación ya no se podía estirar hasta las próximas elecciones. Al despejarse el humo, solo se ven las privatizaciones a todos los niveles, curioso proyecto político el del PP, gestionar lo público desmantelándolo y ofreciendo suculentos beneficios a la empresa privada con nuestros impuestos y la merma en los salarios, cuando no el despido de los trabajadores. Y no solamente el beneficio de la empresa privada, también el propio del político a través de la llamada puerta giratoria, y el del mismo partido vía donaciones, cuando no corrupción manifiesta.
Ahora nos hablarán de Cataluña y de la Constitución, los madrileños defendiendo la unidad de España. Mientras tanto saquemos a la Virgen y a los santos en procesión, que llueva y que desaparezcan los humos contaminantes y la suciedad del suelo que sea la Divina Providencia quien se encargue de la limpieza de nuestra tierra y cielo, ya que no nuestros gobernantes.— José Rafael Gutiérrez Vizuete. Madrid.
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