Pacto por la educación

Con el último desmentido de la Unión Europea respecto a las becas Erasmus se confirma la absoluta falta de coherencia (fundamento, dirían algunos) de uno de los ministerios más importantes del Gobierno. Así pues, se impone un pacto multipartidista con reforma constitucional incluida, para definir y defender el futuro de la educación.

No quisiera que estas palabras se interpretaran como una mera crítica a Wert y a su falta de tacto, sino a la manera en la que se aborda la cuestión educativa en nuestro país. Poco a poco las condiciones del educador se han ido estropeando sin que pareciéramos advertirlo, y solo cuando finalmente tocamos fondo parecemos darnos cuenta de lo mucho que se ha perdido. De esta manera, cada Gobierno ha interpretado una partitura distinta con criterios muchas veces encontrados, manoseando la arquitectura de algo tan teóricamente sólido como realmente endeble. Ante el sucesivo cambio de apuestas, surge la admiración por los modelos nórdicos y centroeuropeos, donde la batalla política no se libra en las aulas.

Todo queda por hacer, como diseñar políticas que nos acerquen a esos estándares de excelencia donde no se busca el voto fácil, sino el mejor de los futuros posibles, donde lo público no es sinónimo de pobreza sino todo lo contrario. Por desgracia me da la sensación de que este Gobierno no está muy por la labor, pero sería una lástima tener que esperar al siguiente. ¿Quién dará el paso?— Jaime Aznar Auzmendi.