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PORTERA DE DÍA
Columna
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Ahí te quiero Wert

Casi me dio penita, pobre, más verde que Shrek, diciendo que rectificaba 'motu proprio' con un hilo de espuma por la boca

Luz Sánchez-Mellado
José Ignacio Wert.
José Ignacio Wert.SUSANA VERA (REUTERS)

Esto que leen es lo que en el oficio llamamos un Findus. No, no es que los ultracongelados vayan a patrocinar esta tribuna, que ya podrían, dado el dineral que me dejo en croquetas y empanadillas. No. Un findus así en genérico, es un artículo así como polivalente, sin fecha de caducidad acuciante, que deja una escrito por si las moscas y se guarda en la despensa por si unas prisas. Una lata, vamos. Y dirán ustedes, ¿qué hay más urgente para una lideresa que la cita con sus adeptos? Confieso que he pecado, pero tengo más bula que el Papa Francisco para comer asado en vigilia. Cuando degusten estas lineas, la que suscribe estará de incógnito en la Conferencia Política del PSOE, el planazo del siglo. Lo del debate de ideas se me hace bola. Pero lo de esa Susana Díaz, ese Madina, ese Patxi López, esa Chacón, ese Page y ese Tomás Gómez, más los que se arranquen, bregando por salir de perfil, de frente, de cúbito supino, o haciendo la posición 21 de taichí como Lou Reed antes de palmarla, en la lista de nominados a tumbar a Rubalcaba, no me lo pierdo. Eso es una foto finish y no la de Bolt y sus esbirros en la final de los cien metros lisos.

Comprenderán que, ante tamaño morbazo, haya dejado barrido el patio para poder ausentarme. Si, total, las revistas rosas traen siempre lo mismo, a pesar de que son el bien más cotizado en según qué curros. Tengo sobre la mesa las memorias de Suárez, Felipe, Aznar y Zapatero recién saliditas del horno y criando moho. Ahora, como me agache un segundo a recoger las bolas chinas —chica, no me acostumbro—, cuando me incorporo ya me han levantado el ¡Hola! del escritorio. Como que el otro día traspapelé un ejemplar atrasado y me cayó un chorreo de jefatura que ríete tú del que le debió de caer a Wert de Soraya Sáenz de Santamaría a cuenta de las becas Erasmus. Vamos, te digo yo que distraigo El beato de Liébana de su urna blindada y no se arma tanto escándalo.

Pero a lo que iba, que me disperso más que Ana Botella en una rueda de prensa. Lo de Wert no tiene nombre. Bueno, sí: José Ignacio. Pero si Ortega, su homónimo de segundo apellido, levantara la cabeza, la volvía a diñar de septicemia. La rebelión de las masas, obra cumbre del filósofo, no fue nada comparada con la gresca que armó el titular de Educación con su marcada de paquete legislativo. Menos a su secretaria de Estado, Soledad Gomendio, que le defendió a muerte, rebeló a padres, alumnos, propios, extraños y a todos los barones del reino menos a la Thyssen, que bastante tiene con sus trifulcas con Borja y Blanca. Tenías que verle, a Wert, digo, más verde que Shrek, diciendo que rectificaba motu proprio con un hilo de espuma por la boca. Casi me dio penita, pobre, sin iniciativa ninguna, una cosa es envainársela a la fuerza y otra dimitir así, a lo tonto, y con la LOMCE a medias.

Total que, con las prisas, no te cuento lo del kinder sorpresa de Chabelita, ni la Solución Final de Fabra con los bolcheviques de RTVV ni lo de las cuchillas anti-inmigrantes de Fernández Díaz en Melilla, aunque ahí el ministro, para ser tan pío, se ha pasado por el forro lo de amarás al prójimo como a ti mismo. Y ya me ventilo, que con tanto fiambre suelto, aquí huele a muerto. Es lo que pasa con algunos/as que van de frescos con más conchas que un galápago. Que se nota que son Findus.

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Sobre la firma

Luz Sánchez-Mellado
Luz Sánchez-Mellado, reportera, entrevistadora y columnista, es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense y publica en EL PAÍS desde estudiante. Autora de ‘Ciudadano Cortés’ y ‘Estereotipas’ (Plaza y Janés), centra su interés en la trastienda de las tendencias sociales, culturales y políticas y el acercamiento a sus protagonistas.

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