Una casa que suma historias

“Con el paso del tiempo se aprende que son pocos los objetos importantes, por eso las mudanzas son una oportunidad para aligerar la casa”, explica la editora Mónica Gili. Ella y su pareja, el médico Xavier Krauel, acaban de estrenar su nuevo piso en Barcelona. Pero no se nota. Este entresuelo, en el Ensanche de la ciudad, huele a fresco, pero no a nuevo.

Gustau Gili –hermano de Mónica y arquitecto de la reforma– cuenta que los elementos que encontraron en el piso se reutilizaron como materiales de construcción. Así, la casa mantiene su propio pasado, pero también el de sus nuevos propietarios. Las puertas y los herrajes están restaurados, y las antiguas baldosas hidráulicas se han recolocado formando alfombras en medio de un suelo de hormigón pulido.

Las antiguas baldosas hidráulicas son ahora un elemento decorativo: alfombras en un suelo de hormigón pulido

Han rescatado poco de su vida antes de llegar al piso. Ahora bien, Mónica, directora de Gustavo Gili (la editorial familiar), ha creado una habitación propia para los libros. Allí, sobre una mesa de madera de roble, trabaja Xavier. La casa está llena de plantas que cuidan entre los dos. Y de extrañas criaturas –“seres imaginarios”, dice Mónica– que Xavier construye con las ramas que se encuentra cuando pasea.