Jorge Sanz abandona el hospital
El actor debe llevar una vida "más saludable" tras sufrir una trombosis
El actor Jorge Sanz se encuentra ya en casa descansando después de que el pasado miércoles ingresara por un trombosis en la pierna en el Hospital Puerta de Hierro, donde ha permanecido hasta este martes,según han informado fuentes cercanas al intérprete. Sanz sufrió un fuerte dolor en la pierna mientras practicaba deporte, motivo por el cual acudió a un centro médico.
Sanz ya puede andar por sí solo, aunque los doctores le han recomendado "paseos moderados" y que vaya "poco a poco", y se espera que pueda volver a trabajar "en breve".
Estas mismas fuentes han explicado que los médicos han recomendado al actor que lleve un estilo de vida saludable, en el que cuide la alimentación y abandone el tabaco. De hecho, Jorge Sanz lleva ya cinco días sin fumar después de haberlo hecho de forma ininterrumpida durante casi 30 años, motivo por el que "lo está pasando realmente mal".
El actor está muy concienciado con que tiene que cuidarse después del "toque" que le ha dado el cuerpo, añaden estas fuentes. Jorge Sanz, de 44 años, ha reconocido en su cuenta de Twitter que está viviendo "momentos difíciles" y ha agradecido en todo momento las muestras de cariño recibidas.
Su última actuación en cine fue en la película Clara no es un nombre de mujer (2010), mientras que en teatro participó por última vez en la obra Crimen perfecto (2011), dirigida por Víctor Conde. Actualmente forma parte del equipo del programa Por arte de magia, de Antena 3.
Sanz (Madrid, 1969) debutó en la pantalla cuando apenas tenía nueve años con el filme La miel (1979), dirigida por Pedro Masó. Después, interpretó el papel de Conan de niño en la película Conan el bárbaro, protagonizada por Arnold Schwarzenegger, y Crónica del alba. Valentina, con Anthony Quinn y Marisa de Leza.
Años después formó parte del elenco de filmes como Mambrú se fue a la guerra, de Fernando Fernán-Gómez; El año de las luces, de Fernando Trueba; así como Si te dicen que caí -por la que consiguió el Goya en 1989- y Amantes y Libertarias, de Vicente Aranda.
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