Crisis en Egipto
La consejera de Información de la Embajada egipcia ha protestado por mi artículo Al Sisi contra la revolución. En su carta me atribuye afirmaciones que yo no he hecho; la suya, por otra parte, ratifica por sí sola todos los puntos de mi artículo.
Ya decía yo en sus primeras líneas que las cancillerías egipcias se estaban encargando de difundir activamente la visión fabricada por el régimen para respaldar el golpe de Estado. La ilegalización de los Hermanos Musulmanes, posterior a mi artículo, es el más reciente episodio de la represión sistemática que yo denunciaba. Pero no va a ser el último. Si lo que le molesta a la consejera es la maldad congénita de los Hermanos Musulmanes, me permito informarle de que también buena parte de la oposición laica ha empezado a organizarse para hacer frente a la contrarrevolución de Al Sisi. En Egipto todo está por escribirse. La revolución por la democracia seguirá su curso, mal que le pese a buena parte de sus élites, que no entienden ni aceptan el juego democrático.— Luz Gómez García. Profesora de Estudios Árabes e Islámicos de la Universidad Autónoma de Madrid
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