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Lady Gaga, solo para los ojos de Roman Abramovich

El empresario ruso paga 2,1 millones por 90 minutos de concierto como regalo a su pareja, Dasha Zhukova

Roman Abramovich y su pareja.
Roman Abramovich y su pareja.CORDON

Dicen que el dinero no compra la felicidad pero nadie puede negar que la mayoría de los caprichos están al alcance de una billetera rebosante. La del multimillonario de 46 años Roman Abramovich, propietario del Chelsea, le ha servido para pagar docenas de excentricidades pero ninguna parece suficiente. ¿Su último antojo? Contratar a Lady Gaga para que actúe para él y sus trescientos invitados la próxima nochevieja. ¿El precio? Asequible… para cualquier bolsillo de multimillonario. Algo más de 2,1 millones euros. Lo contaba el británico The Sun el lunes, aludiendo a una fuente anónima que aseguraba que Abramovich quería hacer feliz a su pareja, Dasha Zhukova, fan incondicional de Lady Gaga, y por eso no ha puesto reparos en pagar semejante cifra con tal de asegurarse de que la estrella más ubicua del planeta le dedique 90 de sus preciados minutos a su esposa y amistades. “Ha pagado casi un millón más de lo habitual para compensar por el horario intempestivo” afirma el diario.

Siempre según The Sun, la fiesta se celebrará en uno de los múltiples yates del empresario, aunque no se sabe donde estará anclado. Entre los invitados estará una de las parejas más solicitadas del planeta, Beyoncé Knowles y Jay-Z, que esta vez no acudirán allí para cantar, -sus nombres son de los más populares entre los solicitados para actuaciones privadas- si no para divertirse.

Es una práctica bastante habitual que los ricos y los famosos contraten a otras estrellas ricas y famosas para que amenicen sus fiestas. Ocurre desde tiempos inmemoriales aunque desde que la industria discográfica está en crisis, las actuaciones privadas ayudan mucho más que antes a cuadrar números. Y no se trata sólo de ricos y famosos. También los dictadores gustan de ver una buena actuación en directo y si no que le pregunten a la propia Beyoncé, que al igual que Mariah Carey o Nelly Furtado, no tuvieron reparos en actuar para el depuesto dictador libio Muamar Gadafi. Justin Timbarlake tampoco se lo pensó dos veces cuando el jeque árabe Sheik Khalifa, presidente de Emiratos Árabes, le invitó a una de sus fiestas, y eso que su país no es precisamente célebre por el respeto a los derechos humanos.

Jennifer López figura entre las preferidas por quienes pueden pagarse este tipo de caprichos y según la revista Slate, recientemente cobró 750.000 euros por actuar para el presidente de Turkmenistan Gurbanguly Berdimuhamedow, un señor con muy mala prensa.

Los 2,1 millones de euros que cobrará Lady Gaga (actualmente la cuarta cantante femenina con mayores ingresos después de Britney Spears, Taylor Swift, y Rihanna, según la revista Forbes) es la mitad de lo que cobran The Rolling Stones por actuar en fiestas privadas, aunque curiosamente les superan The Eagles, que no firman facturas por menos de 4.5 millones de euros. Abramovich, uno de los cincuenta hombres más ricos del planeta, podría contratar a cualquiera de ellos pero de momento ha sido Lady Gaga la afortunada.

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