Todas quieren ser Anna Wintour

La Semana de la Moda de Nueva York no sería lo mismo sin la presencia de Anna Wintour, la famosísima editora de Vogue USA. Con sus clásicas gafas oscuras y su melena inconfundible, la periodista se ha convertido en un icono en el mundo de la moda. Un icono cada vez más fácil de imitar, como pudieron comprobar el domingo los asistentes a los desfiles en el Lincoln Center de la ciudad de los rascacielos.

A las afueras del recinto, una docena de Annas Wintour se daba cita para desfilar, todas iguales, rodeando el edificio, ante el estupor de los fashionistas que se agolpaban en el lugar, ávidos de las últimas propuestas de los mejores diseñadores del mundo. Nadie sabía quiénes eran y la gente llegó a pensar que se trataba de admiradoras de la editora más famosa del mundo, pero ellas mismas revelaron el secreto.

Se trataba de un grupo de modelos que promocionaba las camisetas de una cantante y diseñadora británica debutante, Madame Allsorts, que, si bien no consiguió que su colección desfilara en el importante evento, no tiró la toalla y convenció a un grupo de jovencitas para que llamara la atención a las afueras del recinto donde se lleva a cabo. Las camisetas, con la imagen de la misma Anna Wintour como único diseño, están a la venta en la web de su creadora por poco más de 100 euros.

Mientras tanto, en el interior del Lincoln Center, la verdadera Anna Wintour escudriñaba desde la front row cada detalle de las colecciones de Primavera Verano que se presentaron este domingo en la Semana de la Moda neoyorquina. Y, de cuando en cuando, hacía carantoñas a la pequeña Harper, hija de Victoria Beckham, que se sentó en el regazo de su famoso padre, justo al lado de la periodista.