La comparecencia del presidente

El presidente Rajoy no nos ha defraudado en su esperada comparecencia en el Congreso. ¿Alguien pensaba que iba a admitir alguna irregularidad? Ha leído, punto por punto (incluso las acotaciones que le han puesto entre paréntesis para advertirle que la cita terminaba: “fin de la cita”), el discurso que le han escrito. Lo mismo ha hecho en la réplica, que ya llevaba preparada, sin importarle en absoluto las acusaciones argumentadas de la oposición, a las que no ha contestado, como tampoco lo ha hecho a ninguna de las 20 preguntas realizadas por Rosa Díez, todas ellas comprometedoras y también basadas en los hechos que todos conocemos. Solo ha reconocido que se equivocó con Bárcenas, pero sin ninguna consecuencia política, como si un error de ese calibre no tuviera la menor importancia. Ni siquiera ha pedido perdón ni ha dicho que lo sentía.

De la financiación ilegal del PP, nada de nada, de los sobresueldos en negro tampoco, de los 200.000 euros del PP de Castilla-La Mancha, ni una palabra. Ha mentido varias veces, como cuando ha dicho que cortó con Bárcenas cuando se enteró de lo del dinero en Suiza y le puso un mensaje de ánimo dos días después.

Aunque ya nos vamos acostumbrando a sus mentiras. Por ejemplo, nos aseguró que el rescate bancario no nos iba a costar ni un céntimo a los ciudadanos, y ya llevamos más de 30.000 millones de euros. ¿Cuántos agujeros podrían tapar esos miles de millones? Este señor no merece ser presidente de un país democrático.— Juan Antonio Melero. Madrid.

El señor Rajoy dice que el señor Bárcenas le ha engañado. Incluso suponiendo que el presidente del Gobierno diga la verdad —claro, claro, no lo tengo—, lo cierto es que poca confianza me merece un “gestor” al que le han robado millones sin que se entere. Y desde luego no me da la confianza suficiente como para dejar en sus manos los fondos públicos aportados por todos los españoles para que los gestione. Pero igual soy yo...— Irene Pedrosa. Bilbao.