Un centenar de músicos se une para pedir la liberación de las Pussy Riot

Tal vez las Pussy Riots nunca pensaron que su irrupción en la catedral de Moscú en febrero de 2012 para pedir a la Virgen María que echara a Putin de Rusia llegara tan lejos. Dos de las tres integrantes de este grupo que se autodenomina como "punk feminista" continúan en prisión por gamberrismo con motivación antirreligiosa tras haber sido condenadas a dos años de carcel. Esta semana, un juez volverá a examinar su caso para decidir si condece la libertad condicional para las que siguen en la cárcel. Un centenar de artistas, entre los que se encuentran Adele, Joan Baez, The Chemical Brothers, Elton John, Madonna, o Bruce Springsteen, ha escrito una carta abierta para pedir su liberalización. Este llamamiento se une al que hizo hace dos meses Paul Mcartney en un manuscrito que remitió a las autoridades rusas.

María Alyoshina (24 años) y Nadezhda Tolokonnikova (22 años), a las que se ha visto sonrientes y tranquilas en sus citas judiciales tras una mampara de cristal, han perdido todas las apelaciones y se les ha denegado la libertad condicional en una ocasión. La otra, Yekaterina Samutsévich, fue absuelta en octubre. Ellas siguen defendiendo que su acción no iba dirigida contra las creencias espirituales, sino que tenía un componente político.

En el caso de esta última misiva, que supone una muestra de apoyo más a las cantantes rusas, los firmantes se dirigen a las encarceladas y les hacen saber que su "terriblemente injusto juicio y encarcelamiento se han extendido ampliamente, sobre todo entre vuestros compañeros artistas, músicos y ciudadanos de todo el mundo".

La misiva, coordinada por Amnistía Internacional continúa así: "Esperábamos que, al ocuparse de vuestro caso, las autoridades dieran alguna muestra de comprensión, de sentido de la proporción y, en cierta medida, incluso del maravilloso sentido del humor ruso, pero no fue en absoluto así". En este centenar de artistas también están Alanis Morissette, Yoko Ono, Radiohead, Paul Simon o Patti Smith.

Una de las condenadas, María Aliójina, permanece desde mayo en huelga de hambre en protesta por no poder asistir a la vista judicial sobre la concesión de la libertad condicional que tuvo lugar ese mes. La joven se encuentra internada desde el pasado octubre en una penitenciaría para mujeres de la ciudad de Perm (Urales), a cientos de kilómetros de su otra compañera presa.

La performance en el altar, con máscaras y vestidos chillones, convirtió a las Pussy Riot en símbolo de la rebelión contra una sociedad patriarcal y autoritaria, y sobre todo, contra el presidente Putin. Los vídeos de las Pussy Riot, incluido el de la actuación en la catedral de Moscú, ya no se pueden ver en la red porque la justicia rusa decidió censurarlos en enero.