Paul McCartney pide libertad para las Pussy Riot
Dos integrantes del grupo ruso de punk todavía siguen presas y una de ellas ha iniciado una huelga de hambre
Paul McCartney ha remitido varias cartas a las autoridades rusas para pedir la puesta en libertad condicional de las dos integrantes del grupo punk Pussy Riot que continúan encarceladas, informan hoy los medios británicos. Situación que no parece vaya a cambiar en breve ya que hoy un juez ha ratificado la decisión de que permanezcan en la cárcel.
En una de las notas manuscritas McCartney se muestra preocupado por la situación de una de las artistas, María Aliójina, quien se declaró ayer en huelga de hambre en protesta por no poder asistir a la vista judicial sobre la concesión de la libertad condicional. La joven, que se encuentra internada desde el pasado octubre en una penitenciaría para mujeres de la ciudad de Perm (Urales), ha comunicado su decisión al tribunal Bereznikovski por videoconferencia, según las agencias rusas.
"Mi opinión personal es que continuar con el encarcelamiento de María será perjudicial para ella y la situación general que, por supuesto, está siendo observada por toda la gente alrededor del mundo", señaló en la misiva el músico británico, quien ya había expresado en el pasado su apoyo hacia las Pussy Riot.
La presa había solicitado previamente al tribunal permiso para participar en la vista, como ocurriera el mes pasado con la otra encarcelada integrante de Pussy Riot, Nadia Tolokónnikova, que se encuentra en una prisión de la república de Mordovia. Al no concederle su petición, Aliójina ha anunciado que se niega a tomar parte en la vista a distancia e incluso ha prohibido a su abogado que participe en la vista.
"De acuerdo con la gran tradición de imparcialidad por la que es famoso el pueblo ruso, entre el que tengo muchos amigos, creo que la concesión de esta petición enviaría un mensaje muy positivo a todas las personas que han seguido este caso", afirmó McCartney.
En otra carta sobre Tolokónnikova, sir Paul hace referencia a los lazos de amistad que le unen desde hace "mucho tiempo" con el pueblo ruso, cuyos valores, "como los míos", se basan en la "creencia de que todo el mundo debe ser tratado con compasión y amabilidad".
El pasado mes la Justicia rusa ya negó la libertad condicional a Tolokónnikova, que al igual que Aliójina cumple dos años de cárcel por "gamberrismo motivado por odio religioso" tras escenificar en febrero de 2012 una plegaria punk en el principal templo ortodoxo ruso.
Ambas mantienen su inocencia e insisten en que su acción en la catedral de Cristo Salvador de Moscú tenía fines políticos y no estaba dirigida contra los creyentes ortodoxos.
La tercera integrante de las Pussy Riot, Yekaterina Samutsévich, fue puesta en libertad condicional el pasado octubre
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