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Un refugiado desata la euforia en Gaza y Cisjordania tras ganar ‘Arab idol’

Mohamed Assaf se convierte en el nuevo rais de los palestinos tras vencer en el 'Operación Triunfo' regional

Fans del cantante palestino Mohammad Assaf, que ha ganado el Arab Idol, en la franja de Gaza.
Fans del cantante palestino Mohammad Assaf, que ha ganado el Arab Idol, en la franja de Gaza.ALI ALI (EFE)

Palestina tiene un nuevo rais, un nuevo líder bajo cuyo nombre se unen todas las facciones políticas, religiones, territorios. Se llama Mohamed Assaf, tiene 23 años y es cantante. En realidad, es el mejor cantante de la zona, la nueva promesa del mundo árabe. Así lo han decidido los espectadores de Arab idol, la edición regional de Operación Triunfo, cuyas votaciones se conocieron anoche, haciendo estallar de felicidad a las ciudades de Gaza y Cisjordania.

Cientos de miles de palestinos se reunieron en plazas, bares y patios de colegios para seguir en pantallas gigantes la actuación de su ídolo. Un chico simpático, con encanto, arropado por su kefia palestina, que ha movido a más gente que la batalla de Palestina por su reconocimiento como estado en la ONU.

Los palestinos estaban entregados a la causa desde hace meses, atrapados por la “voz de oro”, el “príncipe de la canción”, como llamaron a Assaf los miembros del jurado. Una escalada hasta la gloria que ha acabado con su triunfo sobre los otros dos finalistas, Ahmed Jamal, de Egipto, y Farah Youssef, de Siria. Uno, manifestante en las protestas contra Hosni Mubarak. La otra, refugiada interna por la guerra de su país. Arab idol se ha convertido en esta su segunda edición en un reflejo de la realidad política árabe.

“Es la primera alegría que tenemos los palestinos en años. Mohamed es, al fin, alguien en quien confiar”, dice Fathma Ali, residente en Abu Tor, ronca de la fiesta que se marcó anoche. Los palestinos admiran no solo el talento de este chico sino su pelea por cantar, lo que lleva haciendo en bodas y cumpleaños en Gaza desde que tenía seis años. Assaf nació en Libia pero ha vivido desde pequeño en el campo de refugiados de Khan Younis. Salió por Rafah hasta Egipto para acudir a las audiciones, que se graban en Líbano y se emiten en la cadena saudí MBC. Sin cita, tuvo que escalar un muro para colarse en el hotel de las pruebas, cuenta la leyenda. Y pasó. Desde entonces, “su voz ha recorrido los cielos como un cohete de amor y paz”, insisten los organizadores.

La Autoridad Nacional Palestina y Hamás lo han felicitado, aunque estos últimos han tenido que tragarse sus principios: Assaf se peina como ellos han prohibido, con cortes poco “masculinos” y hasta viste lentejuelas cuando toca. Sus canciones, han dicho varios líderes religiosos, son demasiado alegres y pasionales, por lo que habían pedido a la población que las evitase. Pero el fenómeno, hecho de admiración y cariño, ha arrollado estas convenciones. Hasta los más necesitados han hecho el esfuerzo de enviar su sms —unos 30 céntimos de euro— para votar por su héroe. Mohamed se convertirá en el primer embajador de buena voluntad de la ONU de origen palestino. Tendrá, por ello, “privilegios diplomáticos plenos”, informa la agencia Ma´an. Regresará a Gaza, donde lo espera su familia, y ha concertado tres conciertos en Cisjordania. Hasta ahora no tenía permiso para salir de la franja. Allí llevará sus letras de amor y su reivindicación: “Una revolución no es solamente llevar un rifle, es la canción del artista, el escalpelo de un cirujano, la azadón de un granjero. Yo también peleo”.

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